Trujillo se está convirtiendo en una buena cantera de jóvenes científicos que apuntan maneras para materializar grandes ideas y proyectos revolucionarios. La vía para lograrlo está siendo la escuela municipal de jóvenes científicos, un programa puesto en marcha por la Fundación Sociedad de la Universidad de Extremadura. La misión es la de mostrar la ciencia y la tecnología a los jóvenes, llevándola a cada rincón de la geografía, para que puedan descubrirla de forma divertida y amena, de la mano de profesores que puedan plantearles tener un futuro profesional científico-tecnológico.

Las clases comenzaron en marzo con doce alumnos de entre ocho y quince años que han culminado esta semana con una feria local de la ciencia. El evento de jóvenes científicos, celebrado en el Centro Joven, ha permitido que los menores muestren sus creaciones en público y ante un jurado. Como explica el profesor encargado de la escuela en Trujillo, Rafael Ayllón, durante estos meses, han recibido clases prácticas y han desarrollado sus propios proyectos «que han tenido continuidad en casa desarrollando un proyecto final, con una pequeña colaboración de los padres», explica. Precisamente, el ganador ha sido Carlos Hueso, que ha diseñado un ascensor a escala, de unos 40 centímetros y 700 gramos de peso. El joven ha conseguido hacerlo subir y bajar gracias al motor «que ha quitado a un juguete y un mando».

El jurado ha estado formado por los miembros del centro I-novo, Gorka Iturbe, Caterina Miguel y Aurelio Sanabria, y el propio Rafael Ayllón. Durante el certamen también han acudido para disfrutar de las propuestas alumnos de colegios de la ciudad, familiares y usuarios de Aspace.

EXPERIMENTOS/ El de Carlos Hueso no ha sido el único experimento presentado a la feria. También se ha podido ver un microscopio de boca «donde se podían ver las partículas que tiene la saliva, tras coger muestras con un palillo de los presentes», cuenta el profesor. Además, otros alumnos han presentado un termómetro atmosférico, un dinosaurio robot, nieve instantánea a partir de un pañal, o una mano de cartón robotizada. El premio para el ganador ha sido una torre de sonido, y además ahora deberá representar a la ciudad, compitiendo con el resto de ganadores de otras 19 escuelas científicas que hay en la región. Se celebrará el 15 de junio en Montánchez, y el premiado viajará a suiza para conocer el Laboratorio Europeo de Física de Partículas Elementales.

Al evento también ha acudido la concejala de Cultura, Consuelo Soriano, cuya concejalía ha subvencionado las clases para que sean gratuitas este curso, y ha destacado el éxito de la iniciativa «por lo que nuestra idea es que continúe el próximo curso y se animen aún más alumnos», ha dicho.