Florencio Sanchidrián, embajador Mundial del Jamón Ibérico, impartirá este lunes una jornada de montanera con cata magistral en la Dehesa La Nora, de Membrío, una de las pocas en España con certificado internacional PEFC en gestión forestal sostenible. Sanchidrián explicará la crianza del cerdo ibérico y las consecuencias de la pandemia en los pequeños productores, que han reducido sus ventas un 50%. Este cortador Marca España presentará durante su intervención las añadas 2017 y 2018 de bellota 100% ibérico, mención exclusiva Pata Negra, la primera con una pieza de jamón y la segunda con una paletilla.

La charla llega en un momento en que el descenso del consumo de ibéricos en restauración generado por la pandemia empieza a afectar a las dehesas. La montanera 2020-21 está a punto de entrar en su cuello de botella de sacrificios. Sin embargo, por primera vez puede romperse la tendencia ascendente en cerdos de bellota desde la implantación de la norma reguladora (2014-15), lo que provocaría un deterioro de su ecosistema si éste se destina a especies silvestres como caza mayor.

Según los datos de la Asociación Interprofesional del Cerdo Ibérico (ASICI), a 12 de enero de 2020 se habían sacrificado 53.668 cerdos de bellota, un 15% más que a 10 de enero de 2021, cuando se contabilizan 45.697. Aunque parcial, el dato resulta significativo debido a que «este año ya se ha caído casi toda la bellota y los sacrificios se han adelantado», apunta Salvador Pereira, presidente de Navarretinto, firma que organiza la actividad.

En 2020 se procesaron 732.962 cerdos de bellota, un 9,5% más que en 2019. La Asociación Española de Criadores de Cerdo Ibérico (Aeceriber) estima que ése número se reducirá un 25% en este 2021. «El consumo de ibéricos en hostelería ha bajado a las cifras de 2009, cuando cerraron más de 5.000 productores en Extremadura y 3.500 en Andalucía, la mayoría empresas familiares», concluye Salvador Pereira.