La localidad cacereña de Villanueva de la Sierra, de poco más de 500 habitantes, lleva desde 1805 contribuyendo a reforestar y preservar su entorno, una tradición que nace y sigue celebrándose con una Fiesta del Árbol que se organiza en este municipio de la Sierra de Gata desde hace cientos de años (celebra hoy su edición 217, la primera del covid-19), lo que la sitúa como una de las celebraciones más antiguas del mundo en defensa del medioambiente. Su alcalde es Felipe Saúl, todo un defensor de la naturaleza, un biólogo de lo rural al que da gusto oír.

-¿Cómo pueden ser inteligentes las plantas o los árboles si no tienen cerebro?

-Tampoco tienen pulmones y sin embargo respiran. No tienen ojos pero pueden ver la luz. No tienen tubo digestivo pero se alimentan. Que la inteligencia necesita de un cerebro es lo que sale en el diccionario. Pero, ¿quién lo ha escrito? Un ser humano, que ha definido la inteligencia a su imagen y semejanza. Son muy inteligentes.

-¿Y las semillas?

-Las semillas inteligentes están formadas por una cápsula biodegradable que protege la semilla hasta que está preparada para entrar en acción y así asegurar la máxima efectividad de germinación durante el proceso de plantación.

-¿En qué medida la Fiesta del Árbol contribuye a la defensa del medio ambiente?

-La Fiesta del Árbol, desde sus orígenes, pretende homenajear al medio ambiente y concienciar a la ciudadanía del valor de su cuidado y preservación. Por ello, además de la plantación de 200 árboles autóctonos (castaños, alcornoques, encinas y robles), los vecinos y asistentes siempre pueden participar en diferentes actividades de sensibilización medioambiental.

-¿Cuáles fueron sus orígenes?

La celebración tiene su origen tras un incendio que asoló la zona en 1805. La iniciativa de la celebración de esta fiesta partió del sacerdote de la villa, Ramón Vacas Rojo, que ayudado por los niños, comenzó a plantar árboles por todo el pueblo después de que un rayo ocasionara un incendio que acabó con los medios económicos de muchísimas familias, cuyo único sustento era el campo. Los hechos sucedieron durante el reinado de Carlos IV. Además, en aquel momento hay que destacar la guerra contra los ingleses. En alianza con Francia, el país organizaba un montón de talas de árboles para abastecer a la flota española.

-¿Qué incidencia tiene en el turismo?

La cita recibe cada año más de 1.000 visitantes. Es algo que viene de maravilla para la hostelería y el comercio local del municipio.

-¿Qué mensaje envía a las instituciones públicas para que apoyen a los ayuntamientos en estos momentos de pandemia?

Hay que ponerse en la piel del mundo rural. Los proyectos y ayudas creo que no pueden ser genéricos y tienen que otorgarse adaptados a cada una de las circunstancias concretas de los municipios. Tanto la Junta de Extremadura como la Diputación de Cáceres tienen que apoyar este tipo de iniciativas que generan actividad económica, y que se convierten en recurso turístico para la provincia.

-¿La ciudad y el campo son enemigos?

No, porque todos los productos naturales salen del campo y de los pueblos. Sin estos, las ciudades no podrían sobrevivir, pero al revés no habría ningún tipo de problema y lo hemos visto durante siglos. Sin agricultores, ganaderos, la gente de la mar... Por eso es fundamental mimar al medio rural.

-¿Es cierto que los árboles son tímidos?

La timidez de los árboles es un mecanismo natural mediante el cual las copas no se tocan en las alturas. De esa forma, cada ejemplar consigue crecer sin problema. Suele ocurrir entre ejemplares de la misma especie. Las plantas son estáticas pero están en continuo movimiento. Eso sí, a un ritmo muy diferente al nuestro. De hecho, los árboles van cambiando de forma durante toda su vida: son afilados de jóvenes y redondeados cuando son maduros.

-¿Por qué se talan los árboles?

Detener la deforestación es una parte crucial para cumplir los objetivos de mitigación del cambio climático y así mantener vivos nuestro bosques. Hay que buscar un equilibrio, porque de no ser así las consecuencias pueden ser terribles para el planeta Tierra.

-Ahora diga un sitio para tomarse una caña o un vino con un buen aperitivo en Villanueva de la Sierra.

El bar de la piscina.

-¿Un rincón para reflexionar?

Las Pilas del Bardal.

-Un plato típico.

La caldereta de cabrito al estilo 1805 que es la que se pone en la Fiesta del Árbol.