«Durante la pandemia del coronavirus que aún estamos sufriendo me ha dado tiempo a hacer lo que no está escrito. Sobre belleza está casi todo escrito, pero hay que leerlo». Emilio González Nuñez (Tejeda de Tiétar) pronuncia estas palabras casi cabalísticas sosteniendo un objeto muy tangible: un bonita caja con una jabonera en la que se pueden ver pintadas unas hojas inspiradas en la gran vegetación del parque del Príncipe y un bello estampado de esos que se cuelgan en la pared, confeccionado a partir de una vajilla de porcelana original y lujosa, cuyas piezas fueron adquiridas en el Rastro de Madrid por sus hermanos y su sobrina Cristina.

«Y, si no lees, no puedes apreciar, por ejemplo, la maestría con la que está hecho este trabajo», añade este artista que tiene 75 años y ha ejercido durante gran parte de su vida como funcionario de prisiones en Barcelona, Huelva, Badajoz y Cáceres.

«Mi padre era un poquito artesano y tallaba el corcho. Puede ser que me venga de ahí el gusanillo», cuenta a este diario con una sonrisa. Emilio se ha formado en diferentes cursos artísticos y creativos (pintura al óleo, entre otros). La suya es una afición a la medida de quien quiera dedicarle una vida.

«Después, este verano, con mi cuñado Juanjo, recorriendo los bazares de segunda mano en Plasencia, encontré más platos. Eran grandes, los típicos que utilizaban los restaurantes como plato de presentación, de 10 a 29 centímetros», señala con gran entusiasmo.

Entre las jaboneras y los platos hay un total de 32 unidades que serán expuestas a partir de hoy, 18 de marzo, y durante un mes en el Museo de Cáceres con el título genérico de ‘Platos confinados’. En otras ocasiones en el mismo lugar ha expuesto su colecciones de ‘Emplatando hojas, arte, naturaleza y gastronomía’, con motivo del Día Mundial de Medio Ambiente, «y fue un auténtico placer», comenta orgulloso.

Con el dinero recaudado por la venta de estas obras de arte quiero donar el 50 por ciento a la investigación, al Centro de Investigación de Biotecnología, del CSIC. «Ser creativo significa estar enamorado de la vida. Solo puedes ser creativo si amas la vida lo suficiente para querer aumentar su belleza», concluye a las pocas horas de su estreno en el Museo de Cáceres.