Difícil sería encontrar un pintor que no tuviera como referencia a Velázquez. Y más difícil todavía sería encontrar un buen pintor que no tuviera como paradigma de la pintura a Velázquez. Francisco Masa Serrano, natural de la localidad cacereña de Conquista de la Sierra, es uno de ellos. Estudió Bellas Artes y ha vivido casi toda su vida en Madrid, pero siempre ha llevado por bandera a Extremadura.

Era bien conocido no solo por su obra sino también por su labor de docente en su estudio, que se encontraba ubicado en su domicilio de la capital española, donde numerosos alumnos han pasado por sus clases y alguno de ellos alcanzó grandes metas.

«Siempre me ha gustado pintar, recuerdo que cuando hice el servicio militar en Badajoz, donde estuve aprendiendo a trazar y a plasmar las cosas, tuve unos profesores magníficos», dice mientras atiende con agrado a este diario.

Uno de los bodegones del artista. ALBERTO MANZANO

Uno comienza a mirar sus cuadros con entusiasmo y emociones añadidas

Asegura que su oficio le relaja y, entre risas, que encuentra la inspiración en la almohada. A sus 91 años aún conduce, cuida de su huerto y relata que seguirá pintando mientras le queden fuerzas; un héroe. Uno comienza mirando sus cuadros con entusiasmo, emociones añadidas, sobresaltos. Con esas cualidades que normalmente caracterizan la personalidad de la obra de los grandes artistas. En sus lienzos hay bodegones, retratos, imágenes religiosas, dibujos de sus familiares y hasta ‘una cervecina’.

Trabajó realizando retratos para El Corte Inglés y su trayectoria siguió en ascenso. Destaca la luz y las sombras, el color, la belleza de la mística, del realismo, de la pureza.

Otra de sus creaciones colgada en el techo de su domicilio. ALBERTO MANZANO

Tiene dos hijos y tres nietos. Echa mucho de menos a su mujer, Epifanía, confiesa mientras muestra su casa, en cuya fachada luce un mural de Pizarro; una casa que, por cierto, lleva su nombre porque así quiso reconocer su importante labor el ayuntamiento.