Estudiar alrededor de 12 horas diarias. Así prácticamente todos los días durante varios meses (desde junio hasta marzo). Esta es la poción mágica que ha permitido al guadalupense Adolfo Alejandro Cabanillas Cabral (31/03/1996), obtener el número treinta en el examen para Médico Interno Residente (MIR), celebrado el pasado 27 de marzo, entre los casi 14.000 aspirantes que se presentaron en toda España.

«Al ver la nota sentí muchísima alegría después de tantos meses de esfuerzo y no me lo podía creer», asegura el joven con gran ilusión, formado en el IESO Las Villuercas en La Puebla y en el instituto Mario Roso de Luna en Logrosán (obtuvo un 10 de calificación media en Bachillerato y un 13,85 en selectividad).

Además ha tenido un expediente brillante durante toda la carrera de Medicina que cursó en la Universidad de Salamanca (segundo en su promoción con una nota de 9,37 y obteniendo el premio extraordinario de la titulación). Y eso que este último año preparando la prueba online en la academia CTO no ha sido precisamente normal. «Con la pandemia del coronavirus no pude apenas desconectar después de estudiar cada día y se hizo un poco más duro al tener que realizarlo todo desde casa, pero mereció la pena», explica en declaraciones a El Periódico Extremadura.

Hijo único y de 25 años, Adolfo Alejandro lleva la medicina en la sangre, y nunca mejor dicho. Su padre, que se llame igual que él, es médico de familia en el pueblo. En cuarto curso de la ESO empezó gracias a su progenitor a sentir vocación por este bello oficio. «Mi padre me transmitió la empatía, una habilidad clave en la medicina centrada en el paciente, para poder ayudar a los demás, eso resultó fundamental», recuerda el médico, que siempre ha sido un alumno aplicado, pero eso no quita que también hubiera hueco para la diversión en su etapa universitaria, que fue para él una experiencia fantástica y muy bonita.

Aunque todavía tiene que decidirlo del todo, lo más probable es que se dedique a la Dermatología: «Es una especialidad médico-quirúrgica, me encantó el servicio y la actividad existencial que lleva cuando realicé las prácticas en el centro de salud. Es muy variada y dispone de un campo de adaptación muy amplio, con unas expectativas de futuro tremendas tanto laborales como a nivel de formación», afirma satisfecho con su logro.