Si hubo un alcalde con mayúsculas ese fue el de Carrascalejo. Amador Álvarez estuvo durante 40 años al frente del ayuntamiento. Pero, ¿cómo es ahora su vida? «Estoy jubilado profesionalmente y políticamente, dispongo de un bonito huerto con el que me distraigo bastante e igualmente me dedico a recordar y a escribir algunas cosas de mi actividad política», cuenta desde su casa del pueblo.

«Creo que era el momento de dejar el relevo a Sonia Cid, que es la actual alcaldesa», indica. «Leo un montón», dice mientras hace un retrato de la actualidad del país. «Actualmente vuelve a estar de moda la España Vacía, pero realmente las zonas rurales se despoblaron en los años 60 cuando una generación entera se marchó a la ciudad. Ese fue el fenómeno y entonces nadie lo vio y ahora estamos obteniendo el triste resultado. Lo que quiere decir que las localidades pequeñas se van agotando, se van muriendo. El 70% de la población de aquí está por encima de los 70 años de edad. Al localizarnos cerca de Madrid tenemos la ventaja de que hay segunda residencia y el inconveniente es que la gente se va».

Álvarez asegura que «el medio urbano se ha apoderado del medio rural. El otro 30% vive de la agricultura y de la ganadería. Nos encontramos en una situación muy problemática y alarmante. Y la ubicación geográfica de los pueblos es clave». En Carrascalejo contamos con pistas polideportivas, un pabellón, aunque ya no hay colegio y los niños van a Villar del Pedroso. Poseemos dos bares y una gran relación con Talavera de la Reina».

¿Y qué opina de la política? «Se está complicando la cosa, además lo peor es que se está implantando una idea de no respetar absolutamente nada y si no acatamos las normas que son las que rigen una sociedad de derecho se va todo a pique».

Como también fue diputado en el Congreso, expresa: «Lo que me cuentan amigos que siguen en activo en el Congreso de los Diputados es que aquello se ha convertido en un guirigay. Las instituciones se están deteriorando, por ese camino vamos muy mal». Y sobre el PP extremeño: «Lo veo muertino. Siempre digo que para llegar a la política debes tener tu vida profesional resuelta», concluye.