La proliferación de parques eólicos en Extremadura sigue provocando reacciones de los colectivos medioambientales, que ven en los molinos de viento una amenaza para la fauna y los recursos turísticos naturales que jalonan la región. 

Tal es el caso de Adenex que ha presentado alegaciones a las propuestas de parques eólicos de Madroñera y Garciaz, proyectados por Iberdrola en la zona occidental de Las Villuercas, porque considera que «no son viables» por su «grave impacto» sobre el paisaje y el turismo.

Se trata, según el colectivo, de un área de nidificación de especies protegidas como cigüeña negra (catalogada en peligro de extinción) o águila real, y es zona de campeo, alimentación o dormidero de numerosas especies protegidas: milano real (también en peligro de extinción) buitre negro, águila perdicera, águila calzada y águila culebrera.

Además, señalan que en la zona hay refugios protegidos de murciélagos en peligro de extinción y que una parte del parque eólico de Garciaz está proyectado dentro de una zona clasificada como Área de Importancia para el Lince ibérico; en concreto, en el área de Ibores-Villuercas-Jara y Cíjara. Esto incumpliría con el Plan de Recuperación del Lince Ibérico en Extremadura que «exige que se evalúe la incidencia en el hábitat de esta especie de los proyectos que se desarrollen dentro de las áreas incluidas en el plan». 

Las alegaciones presentadas hacen mención a que los proyectos eólicos están próximos a la Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) Sierra de las Villuercas y Valle del Guadarranque y otras ZEPA próximas (Monfragüe y Dehesas del Entorno; Llanos de Trujillo y Magasca), incluidas en la Red Natura 2000 promovida por la Unión Europea (UE).

Adenex resalta que «tampoco ha tenido en cuenta el proyecto que puede afectar al Geoparque Villuercas-Ibores-Jara» declarado por la Unesco. 

En concreto, puede causar «afección paisajística a algunos de los geositios» (lugares de interés geológicos) más cercanos a los proyectados parques eólicos. Y hacen referencia a Los Canchos de las Sábanas de la Sierra de Berzocana, y otros próximos, a los que los molinos restarían interés paisajístico. 

Por último, denuncian la contaminación lumínica que provocarán las señales intermitentes nocturnas de balizamiento.