Ecologistas en Acción de Extremadura y la asociación de pescadores Ríos con Vida han presentado alegaciones contra los proyectos de piscinas naturales de la provincia de Cáceres, porque «incumplen numerosas normativas e incurren en prácticas perjudiciales para el entorno y la fauna». Y manifiestan que ni son piscinas, «sino embalses»; ni son naturales, «sino obras hidráulicas».

Aseguran que el último caso es el de la piscina natural de La Pesquerona, proyecto presentado por el Ayuntamiento de Cabezuela del Valle. El consistorio no se ha pronunciado respecto a las argumentaciones de las que ya tienen constancia. Pero, además, en los últimos meses han presentado también alegaciones contra los proyectos de piscinas naturales en El Torno, Robledillo de Gata, Nuñomoral, Valdastillas, Casares de las Hurdes y Descargamaría.

DAÑOS EN EL CAUCE

Ambos colectivos aseguran que en las zonas donde se acondicionan estas piscinas «la cuenca afectada ha quedado troceada y su continuidad cortada», debido a que las obras «cercenan su cauce». A este respecto, señalan como «paradigmáticos» los casos de Jerte, Casas del Monte, Segura de Toro y Gargantilla.

En concreto, siempre según ambos colectivos, las obras para la construcción «suponen el embalsamiento de aguas del río y el arrasamiento de las riberas, so pretexto de la realización de playas que no son sino enlosados en toda regla», denuncian en sus escritos, donde especifican que estas «mal llamadas piscinas naturales» suponen la ocupación del cauce, lecho y riberas; generalmente, con cemento o mampostería.

Al mismo tiempo, apuntan a que «se ensancha el cauce, lo que da lugar a aumentos de temperatura del agua y desaparición de la vegetación de la ribera, sin contar con la ausencia de medios eficaces de permeabilización».

Además, las compuertas de retención del agua se asientan sobre estructuras que «muy a menudo, se descalzan, pierden el suelo de base, como ocurre con La Pesquerona», lo que provoca «un socavón y la profundización del cauce».

INSTANCIA A LA CHT

Los denunciantes instan a la Confederación Hidrográfica del Tajo (CHT) a eliminar estas construcciones y abrir un expediente sancionador, con cargo al responsable de la obra en cada caso, y ordenar la restauración del tramo afectado. «Ya basta de medidas condescendientes con los infractores», señalan.

Además, critican la pasividad de la Administración local porque, afirman, que son los propios ayuntamientos promotores los que «han de conocer el impacto ambiental de sus proyectos y las normas ambientales; deberían haber presentado solicitud de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA), que ni la Junta de Extremadura ni la CHT han exigido».

Advierten de que las instalaciones suponen un «muro infranqueable» para los animales

Además del impacto sobre el entorno, también alertan de los peligros que conlleva para la fauna, dado que «la mayor parte de estas instalaciones tienen muros de hormigón que tapan casi todo el cauce», con una compuerta que se cierra durante el verano para embalsar el agua, lo que supone crear «muros infranqueables para los animales». 

En este contexto, han recordado las declaraciones del presidente de la Diputación de Cáceres, Carlos Carlos, en las que anunciaba que la institución provincial costeará las obras de modificación de las piscinas naturales del norte de la provincia, a cambio de una moratoria en la aplicación de la normativa europea. Sin embargo, subrayan que, aunque esto se cumpla, «no se resuelven los problemas durante los meses estivales en que las compuertas permanecen cerradas», señalan los ecologistas.

Por todo ello, piden denegar las autorizaciones solicitadas y archivar los expedientes