Sin protocolo y sin etiquetas. Así es el homenaje que la Diputación de Cáceres y el Ayuntamiento de Romangordo quieren celebrar el próximo 18 de diciembre en el municipio natal de la que fuera alcaldesa y presidenta de la Institución provincial, Rosario (Charo) Cordero, fallecida hace casi un año (el 24 de diciembre de 2020).

Un pueblo que se empeñó en que fuese un lugar para vivir, y luchó contra la lacra de la despoblación a través del arte, que a su vez llamó al turismo, gracias a que los trampantojos lo convirtieron en un museo al aire libre.

Desde la Plaza de España de Romangordo, vecinos y vecinas de la localidad, representantes de asociaciones, colectivos e instituciones unirán sus voces para recordar el legado y la figura «de quien dedicó su vida a trabajar por su pueblo, su provincia y región, y contribuir a la construcción de una sociedad más igualitaria», destacan desde la Diputación.

Serán los propios romagordeños quienes tengan un protagonismo especial en el homenaje a quien fue su regidora desde el 2003 hasta su fallecimiento. Un homenaje que culmina un año de actos en recuerdo de Charo Cordero en casi todos los municipios de la provincia.

El valor del municipalismo

A los pocos días de tomar posesión como presidenta de la Diputación de Cáceres, en el verano de 2015, Rosario Cordero reunió a los alcaldes y alcaldesas de la provincia y les prometió «ir a las comarcas y pisar barro». Esta consigna de llenar su agenda par escuchar a regidores, ediles, presidentes de mancomunidades, empresarios y ciudadanos la llevó por bandera hasta que la enfermedad la obligó a apartarse del cargo.

Una actitud que subrayaba la importancia y el valor que para Cordero tenía el municipalismo. «Creo firmemente en el municipalismo y en la autonomía local como principio fundamental para una buena gestión de nuestros ayuntamientos» y en que las instituciones «estén horizontalmente a su lado».

En esa primera toma de contacto, el talante dialogante de Cordero quedó patente cuando agarró el micrófono y ante más de 200 personas allí reunidas espetó: «aquí tenéis mi número de teléfono, para que me podáis llamar siempre que lo necesitéis; a cualquier hora del día».