La consejera de Igualdad y Cooperación para el Desarrollo, Isabel Gil Rosiña, ha desmentido que el albergue y campamento juvenil Carlos V de Jerte se vaya a cerrar definitivamente, después de más de 40 años como centro público, y ha avanzado que se proyecta la ampliación de usos del centro para eliminar su estacionalidad; ya que hasta ahora, antes de su clausura por la pandemia, la actividad se centraba casi exclusivamente en el periodo estival.

El campamento juvenil Carlos V de Jerte forma parte de la red albergues juveniles de la Junta de Extremadura y desde el Instituto de la Juventud de Extremadura (IJEx) aseguran que «apostamos porque siga siendo así, ya que se encuentra en un espacio privilegiado de nuestra región y, además, es un espacio que ayuda al desarrollo de diferentes proyectos de asociaciones juveniles, entidades, etcétera».

En cualquier caso, esa apuesta pasa por que se transforme en un «edificio moderno, acorde a los tiempos y a las necesidades de los jóvenes que utilizan sus instalaciones, por lo que hemos decidido abordar una reforma estructural integral del mismo». 

La consejera subraya que «vamos a aprovechar ese cierre para hacer un lavado de cara a las instalaciones, que lo necesitan». Es más, Gil Rosiña puntualiza que «como consejera me parecería una torpeza abandonar ese espacio». Pero que mientras se llevan a cabo las obras de reforma el centro permanecerá cerrado.

También ha aclarado la consejera que la situación con el personal de las instalaciones «se ha negociado con los sindicatos, buscando la conciliación y la cercanía» a sus hogares. Y que los trabajadores se han adscrito provisionalmente a otros centros de trabajo de la Junta de Extremadura, «y a partir de 2022 se van a seguir adscribiendo».

Todo ello para «tratar de garantizar el desarrollo de las tareas asignadas a los trabajadores, sin que estos sufran menoscabo en sus condiciones laborales y retribuciones» en el presente año.

En cuanto jefatura de negociado (responsable del centro), ha explicado que se trata de una plaza «que se ha amortizado porque estaba activa tres meses al año». 

Se trata de un espacio de 60.000 metros cuadrados, al aire libre y en plena naturaleza, a los pies de la Reserva Natural Garganta de los Infiernos, que cuenta con bungalows, piscina y diversas edificaciones, pero que «es un a pena que solo se pueda utilizar en verano; queremos que se practiquen todo tipo de actividades, todo el año», además de actualizar la relación contractual con la comunidad de propietarios jerteños, desde un punto de vista jurídico.