Hasta ahora no había noticias de la celebración de uno de los carnavales más genuinos y ancestrales de Extremadura.

Un Carnaval itinerante; cada año se celebra en una alquería diferente, y este año le tocaría a El Gasco (dependiente del Ayuntamiento de Nuñomoral), pero, según el PSOE, el alcalde, José Carlos Sendín, se niega a festejarlo por la situación de la pandemia de la covid, todavía en la sexta ola, y ya lo ha comunicado a la Mancomunidad Gata-Hurdes.

«No están las cosas para ferias», asegura el regidor, con la mirada puesta en el alza de contagios que se ha producido en Acehúche tras Las Carantoñas.

En 2017, la Junta de Extremadura declaró al Carnaval Hurdano Fiesta de Interés Turístico Regional, una de las citas más singulares de la región.

«Somos conscientes de que la pandemia aún no ha terminado, pero nos sorprende muchísimo que otros pueblos hayan sido capaces en las últimas semanas de organizar efemérides, equilibrando medidas sanitarias y fomento de la actividad económica, y nuestro alcalde, cuando la situación está mejorando, aduce al número de casos de coronavirus, pero le pasa el testigo a otro pueblo para que lo organice; con poco más de 3 semanas de antelación», en palabras de Miguel Ángel Velaz, portavoz del PSOE en Nuñomoral.

En este contexto, el PSOE ha aprovechado para calificar de «muy grave» que Sendín «renuncie al turismo», y recuerda que las instrucciones de Sanidad Pública son de moderación y no prohibición, por lo que alega que la decisión «se debe más a un problema de gestión económica del consistorio que a la pandemia».

Se trata de un festejo de gran arraigo costumbrista y místico. Lo inició la antigua comunidad pastoril, que guarda para este tipo de actuaciones todo un legado de mitos y leyendas.

Anárquico y desenfadado, pasea a personajes como el ‘Burru antrueju’, el ‘machu lanú’ o ‘la mona’. Y a peleles como ‘la tarara’, ‘el cenizu’ y el ‘obispu jurdanu’.