«Esto es la puntilla que le faltaba al pueblo con la despoblación que sufre», así mostraba ayer su indignación el alcalde de Casas de Millán, Mario Cerro, por el cierre de la sucursal de Unicaja Liberbank, que deja sin oficina bancaria a este municipio de apenas 550 habitantes, que se han echado a la calle para reclamar la re apertura, «aunque solo sean dos días a la semana, de la entidad». 

Ahora, solo disponen de un cajero para sacar efectivo (obsoleto y en numerosas ocasiones sin el servicio adecuado de recarga), y los vecinos tienen que desplazarse hasta Cañaveral o Torrejoncillo (a un mínimo de 18 kilómetros) para realizar la mayoría de las gestiones bancarias que no pueden realizar en su propio municipio.

El alcalde ya se ha encargado de trasladar tanto a la Diputación de Cáceres como a la entidad financiera el desamparo que sienten los vecinos ante esta situación.

«Nos trasladan que es un cierre puntual por la fusión de ambas entidades, y el agente colaborador tiene ahora que reunirse para que el nuevo consejo de administración dé el visto bueno a reabrir la sucursal». De hecho, ya habría una propuesta para dar luz verde a esa reapertura, pero sin fecha; por lo que no existe certeza, lo que ha generado incertidumbre en el pueblo.

«Es una vergüenza lo que hacen; te cobran por tener una cuenta abierta con dicha sucursal unos 30 euros de mantenimiento y 9 euros de comisión por administración», aseguran afectados por el cierre de la entidad.

«No hay derecho a que a los pueblos pequeños nos dejen sin sucursales o tengamos que recorrer kilómetros para hacer gestiones con nuestro nuestro dinero. Hay que protestar por el derecho a estos servicios de nuestros mayores y las personas que no tienen la opción de desplazarse o la destreza de manejarse con la banca online como los más jóvenes».

Valdefuentes insta a la Junta

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El alcalde de Valdefuentes, Álvaro Arias, ha instado al presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, a que «luche contra la exclusión financiera, contra el cierre de las sucursales bancarias en las zonas rurales, para ayudar sobre todo a las personas más vulnerables y para evitar el despoblamiento de nuestros pueblos».

En un escrito, el regidor asegura que «es uno de los problemas más acuciantes, que nos afectan como sociedad, y en el que la Administración e instituciones públicas debemos involucrarnos de forma más decidida y eficaz, porque supone una dificultad añadida para fijar población».