Madrigalejo es conocida históricamente por ser la última morada de Fernando el Católico, donde el monarca garantizó la unidad del país en su testamento, rubricado en 1516.

Pero, este municipio alberga otros activos turísticos, como es el caso de sus imponentes frutales en flor que generan una explosión de colores y sensaciones, que el ayuntamiento ha sabido potenciar a través de la creación de rutas específicas.

Desde ahora, y hasta el 10 de marzo puedes disfrutar de los senderos por los destinos de la floración en Madrigalejo; un espectáculo que empieza a asomar a finales de invierno y principios de primavera

A través de rutas a pie, a caballo y en bicicleta se pueden descubrir las más de mil hectáreas en su término municipal sembradas de frutales.

Las visitas se pueden realizar por caminos públicos, dentro de un paraje que navega entre la dehesa extremeña y las Vegas altas del Guadiana.

Las opciones que ofrece el paisaje son diversas: «fotografiar, observar, oler y aprender en plena naturaleza, rodeándose de cientos de aves y la estampa de la tierra extremeña, que tan buenos frutos produce y que podrán degustar del campo a la mesa», desgrana el alcalde de Madrigalejo, Sergio Rey

Los ricos frutales del entorno ofrecen ciruelas, nectarinas, paraguayas, melocotones o albaricoques. Un destino de turismo de naturaleza, más allá de la importancia histórica del último testamento de Fernando el Católico.