Luis Miguel Jara García (Miajadas, 1990) desde su etapa universitaria en Salamanca y para siempre, no tardó en percatarse de que su vida transcurriría al otro lado del telón, sobre un escenario o cualquier plataforma parecida. Tenía 20 años y estudiaba la carrera de Filosofía y Letras cuando descubrió su verdadera pasión, la interpretación. «No hubo un día en que lo decidiera. Pasó de manera natural, me llamaba la atención la interpretación. En mi etapa universitaria estuve durante tres años en un grupo de teatro amateur de la Universidad Pontificia que se llama ’La Máscara’, pero ahí vi lo que realmente me gustaba. Después me fui a Madrid y me formé en Arte Dramático, en la Escuela de Cristina Rota», manifiesta a El Periódico Extremadura.

¿Qué recursos le aportó la formación? «El talento se tiene o no se tiene, pero hay que cultivarlo y desarrollarlo. Al empezar, tiras de intuición, hay que trabajar mucho la voz, conocer tu cuerpo y las emociones. Sales del cascarón de tu zona de confort y te llenas de herramientas para ponerte en la piel de cualquier personaje», responde.

¿Se lleva esos personajes a casa después de los ensayos o los mete en un armario y cierra con llave hasta el día siguiente? «Es cierto que hay papeles que siempre te llevas a casa para poder entenderlos mejor. Otros, sin embargo, no los sacas del lugar de ensayo», apunta el actor.

El miajadeño en una de sus interpretaciones. EL PERIÓDICO

Luis Miguel es un tipo tan entrañable como inquieto. Entre las múltiples facetas a las que entrega su creatividad, montó con otros 15 compañeros de toda España la productora Malaeva, hace seis meses grabó El día del estreno Off y mañana actuará en el Soho Club Teatro de Madrid, en la función Bebé a bordo. «Con mucho sentido del humor, la historia presenta a Carmen y Alba, una pareja que toma una decisión importante: ser madres. La elección pondrá patas arriba sus vidas y, sin él saberlo, la de Jaime, el mejor amigo de Alba», expresa el joven.

Y es que Miajadas presume de actor. «Amo a Extremadura y a mi pueblo, pero, cuando tienes tan claro el motivo de estar en un lugar, estás a gusto. Y, con esta edad, agradezco lo que me ofrece Madrid. Aunque necesito volver cada poco, a ver a mis amigos, a mi familia», concluye.