En Guadalupe, este primer puente del año se hizo notar en todos los rincones. Turistas llenaron alojamientos, calles, bares y restaurantes para aprovechar estos días de descanso. En el entorno del monasterio resultó complicado encontrar mesa para comer. «El turismo es una pieza clave del motor económico en la Puebla y fue el protagonista durante el puente con llenazo en el pueblo. Los visitantes estuvieron aglutinados en el exterior de la plaza de Santa María de Guadalupe a la espera de comenzar las visitas guiadas que tenían programadas y disfrutaron del patrimonio», manifestó el alcalde de la localidad, Felipe Sánchez Barba.

Allí se encontraba Antonio García con su familia, un malagueño. «Nos gusta mucho Guadalupe, ya hemos venido varias veces», comentó el visitante. Lo que más ganas tenían de ver es el monasterio, ya que las nuevas generaciones que acompañan a la familia no la conocen todavía.

 «Está bastante ambientado, se nota el puente, hay más gente que otras veces que hemos venidos los fines de semana», aseguró Laura Martín que vino de Badajoz mientras disfrutaba de un vino y un aperitivo de morcilla.

El alcalde de la localidad, Felipe Sánchez Barba. ALBERTO MANZANO

Este tipo de turismo de echar el día desde otra provincia próxima es recurrente. No obstante, hay numerosos turistas que alargaron su estancia a todo el puente, dado que las opciones que ofrece Guadalupe son variadas.

En Madrid, el puente andaluz coincidió con la semana blanca que será del 25 de febrero al 6 de marzo. En esta comunidad autónoma no empiezan las clases hasta mañana, por lo que parte de los visitantes procedieron de la capital española.

Las precipitaciones tampoco afectaron a estas jornadas festivas. «¿Cómo se puede vivir en un pueblo como este y no estar todo el día flipando? Me dan ganas de quedarme aquí para siempre», aseguró Luisma, afincado en Sevilla y desde hoy, enamorado de Guadalupe.