María Vázquez (Aldeanueva de la Vera, 1954) lleva cerca de 17 años proporcionando a su clientela instantes de placer. Con su cesta llena de libros recorre los pueblos de La Vera, de aquí para allá, llevando interesantes historias para quien quiera leerlas. Literatura sobre el vino, el pimiento, relatos eróticos, El Pasillito Verato y un sinfín de títulos escritos por ella y por los integrantes de la Asociación Cultural Cálamus, de Jaraíz de la Vera. La cestalibro de María tiene como fin fomentar la lectura y hacer gozar de las letras como se ha hecho siempre, sujetando un libro, ese objeto de culto que tampoco pasará de moda en la era digital.

Vázquez quiere que los libros pasen de mano en mano, evitando que se queden dormidos o abandonados en las estanterías acumulando polvo. «Algunos de los ejemplares recogen la esencia de cómo se vive aquí y sus particulares tradiciones, otros son de autores locales de fondo de armario que deberías leer y a lo mejor nunca elegirías porque la gente posee una idea sobre lo que le gusta y se limita mucho en los estilos», apunta.

«No hay edad para leer. La lectura rejuvenece, te ofrece la posibilidad de hablar de otros temas», dice

Su cestalibro no deja de llamar la atención por los mercadillos. No es nada habitual un oficio como el de ella. «Lo que más me gusta es ir por los pueblos», señala feliz la vendedora. De momento solo se mueve por los alrededores. Lo cierto es que la gente disfruta bastante con su peculiar negocio. Y lo ve gratificante. «Hay familias enteras que vienen de Madrid y se llevan varios ejemplares. Las personas se acercan, disfrutan, me animan, es algo muy agradecido», indica la escritora a este diario. 

Vázquez cree que el libro en papel nunca morirá. «Sí es cierto que hay algún lector que se ha pasado al mundo digital, pero sigue habiendo un porcentaje muy grande de gente que le sigue gustando el libro de toda la vida», expresa con una amplia sonrisa.

Imagen de la cestalibro. FAUSTINO MARTÍN

«Escribir siempre ha sido el centro de mi vida y me ha servido de gran ayuda. Muchísimas veces nos buscamos en lo que plasmamos en el papel para poder entendernos. No hay edad para leer. La lectura rejuvenece, te ofrece la posibilidad de hablar de otros temas, llena la cabeza de pensamientos y te hace vivir las cosas de otras maneras diferentes. Ambas cosas me motivan y me encantan», concluye.