«Soy hija de emigrantes y he hecho la emigración al revés. Mis padres (Felipe y Primitiva) tuvieron que dejar el pueblo y se fueron al País Vasco. Nací en Guipúzcoa y me vine a Extremadura con 16 años cuando ellos regresaron», dice Marisol Píriz Ramajo, que regenta un supermercado en Cilleros. Ella sabe lo que es la lucha. Su marido falleció en un accidente de tráfico cuando su hija Ana Belén tenía tan solo 8 meses. Con esfuerzo, trabajo y sacrificio salió adelante.

Hoy todo Cilleros conoce el ultramarinos de Marisol, situado en la plaza el Caño. No es una tienda como las demás. Ella, con su sonrisa, amabilidad y cercanía, pasa más tiempo en el establecimiento que en su casa. Sabe que el papel de una buena empresaria no es únicamente vender, sino empatizar.

Marisol abrió el negocio hace alrededor de 15 años. «Tengo carne fresca; también dulces caseros, conservas, aceites, galletas, panes, fruta, pasta, gominolas, chocolates, bollería, legumbres, quesos, geles, champús, pasta de dientes y otros productos de calidad», explica.

Conoce a sus clientes, a los que se entregó y ayudó en los tiempos más duros del coronavirus

Hay más detalles que lo convierten en el ultramarinos perfecto. Las manzanas relucen, como si les hubiesen sacado brillo, los tomates y las verduras están presentados de una forma que parecen un ramo de flores, y la decoración e iluminación cambian según la temporada. «En esta tienda conozco a los clientes por su nombre y cuando fueron las semanas de confinamiento les llevé a casa los pedidos», señala a El Periódico Extremadura.

«Nunca busco sobrevivir superando a las grandes superficies porque es imposible, me comprometo a dar un buen servicio, escuchando al cliente, ofreciéndole confianza y seguridad en el género», resalta con una sonrisa.

El pequeño comercio es muchísimo más que un establecimiento: confluencia vecinal, gabinete de psicología, confesionario laico, pozo de lágrimas y huerta de grandes carcajadas, regadío contra la desertización, fragua de amistades y tejedor de comunidad en tiempos de la España Vaciada donde Marisol Píriz Ramajo da ejemplo de su eterna lucha.