Si hay una costumbre arraigada en Cáceres y su provincia es la de desayunar de forma tranquila y reposada. Con esta filosofía el Periódico Extremadura hoy visita la célebre Churrería Ronco Tovar (Casar de Cáceres), situada en la calleja La Charca, donde los desayunos alcanzan su máxima expresión. Un verdadero festival de sabores y maravillosos productos para degustar. Es un lugar familiar donde la atención y el buen trato de los trabajadores constituyen todo un grato acompañamiento a conversaciones y a silencios, a soledades y a buena compañía.

Tras la recién ampliación del local (cocina, 12 nuevas mesas, decoración...) que capitanea Jesús Ronco Tovar destaca por la variedad y el colorido de su carta y por combinar manjares que buscan satisfacer tanto a la vista como al gusto de los clientes y turistas.

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Uno de los camareros posa con las tostadas en la cocina. CarlaGraw

 Son especialistas del desayuno, con servicio rápido y eficaz, y con terraza para disfrutar de un café de altísima calidad, zumo de naranja, chocolate, churros, migas, torrijas y unas tostadas gigantes con diferentes tipos de panes. «Las tostatintas y las molletintas son una auténtica delicia, tienen mucha demanda. Las hay de patatera, bacon y huevo o tortilla, jamón ibérico, tomate natural y aceite. Tenemos otra muy especial, la casareña, que lleva una salsa propia con rulo de cabra, huevo, cebolla crujiente y jamón. Además disponemos de cajas sorpresas», explica el propietario del negocio, cuyos desayunos son como la poción mágica de Astérix y Obélix