El Simancas, ubicado en la avenida García Siñeriz (Miajadas), es un bar de esos donde se come y se bebe como Dios manda. Donde se respira alegría y amistad. Luisa Pino y Miguel Ángel Palacio llevan casi 21 años al frente del establecimiento de hostelería más antiguo del pueblo. Sabidas son las capacidades y especialidades de sus propietarios, escrupulosa y felizmente fieles al producto fresco y local, preparado y presentado, sin otro adorno ni otra fantasía que el cariño a sus espectaculares aperitivos. Un mimo que se añade a raciones abundantes. También destaca por la simpática y dedicada atención que muestran dentro del local y en la terraza. 

Y en mantenerse fiel a sí mismo está el futuro, el Simancas posee una decoración rústica. Para contemplar y disfrutar de los gozos a la sombra de la primavera cacereña, su terraza asegura un entorno muy agradable.

Los rejos fritos con patatas. Deliciosos. ALBERTO MANZANO

Y de este pequeño resumen adquiere sentido otro resumen, el de su carta, rejos, calamares, merluza, boquerones, chipirones, todos estos platos marineros los elaboran fritos, deliciosas carnes con tomate, rabito de cerdo, riñones, higaditos, magro, albóndigas… Como en los grandes restaurantes de las capitales españolas, Luisa sugiere a El Periódico Extremadura con gran elegancia, pico de oro y cercanía los guisos. 

El gentío en el bar es constante prácticamente a cualquier hora, y el olor a fritanga lejos de ser molesto, inunda los sentidos de los comensales. Los rejos con patatas son su especialidad, tienen un sabor exquisito y la fritura está en su punto exacto. Los riñones centellean en la boca y se deshacen dejando ese rastro vil, pegajoso y gelatinoso que invita a beber vino o pedir unas cervecillas fresquitas.

Riñones. ALBERTO MANZANO

El secreto para aguantar todo este tiempo gozando de una clientela fiel que no falla y una popularidad que va en aumento, lo tiene muy claro Luisa Pino: «Cada jornada se puede disfrutar de los mejores pinchos caseros y raciones. Somos un lugar de encuentro. Aquí seguimos disponiendo de leales parroquianos desde el primer día que abrimos. La cocina es de lo más tradicional con muchas propuestas sencillas».

En definitiva, el bar de Luisa Pino y Miguel Ángel Palacio es un establecimiento con gran identidad en la mesa. Sin duda alguna, de esta taberna no se irá con hambre ni tampoco sin echar unas risas y disfrutar del sol, como si uno estuviera en un chiringuito, en primera línea de playa.