Juan Rivera Expósito tiene 76 años y nació en Zarza de Montánchez, pero lleva viviendo mucho tiempo en Valdemorales, como él mismo apunta desde el único bar que existe en la localidad, un establecimiento que atiende a todos los vecinos (hace de hogar del pensionista y comercio). Él apenas puede caminar por una artrosis que sufre en la rodilla y ese dolor se le ha agravado a raíz de un accidente de tráfico, pero no hay nada que le impida tomarse un tentempié casi obligatorio a media mañana. Forma ya parte de su rutina. 

Juan, acostumbrado a trabajar duro en el mundo de la construcción, ha hecho de su moto con cesta su bastón para que el día a día en el pueblo le resulte más cómodo y pueda moverse sin problema por el municipio.

«Hasta que pueda valerme por mí mismo, no necesito la ayuda de nadie», señala a El Periódico Extremadura Rivera mientras enseña con orgullo su moto bastón. «Voy siempre por la carretera o por algún camino muy despacio sin riesgo para nadie», explica este hombre con una sonrisa. Solo utiliza el vehículo para ir desde su casa a tomar algo al bar o al huerto donde tiene plantados tomates, berenjenas, patatas, pimientos... «Me di cuenta de que trabajar en la tierra me da paz y me hace sentir útil a pesar de tener la rodilla destrozada», dice. 

Una perspectiva de la localidad. ALBERTO MANZANO

«Cada vez me cuesta más moverme, puedo caminar un poco», afirma Juan. La motocicleta lleva un cestito en el que guarda, entre otras cosas, bolsas de la compra, productos de su plantación, el casco y su teléfono. Porque como no podía ser de otra forma, Rivera está localizado en todo momento con su móvil.

 «No queda otra que mirar hacia adelante, eso siempre. Tengo una familia extraordinaria que me quiere, tengo amigos...», concluye Juan, entretanto se despide de este diario con un buen apretón de manos.