La Guardia Civil ha desarticulado un grupo criminal dedicado a cometer robos con violencia e intimidación a personas de avanzada edad, con la detención de un hombre y una mujer, ambos de 27 años de edad, y el posterior ingreso en prisión de ella, en el Aeropuerto de Málaga. Se trata además de los presuntos responsables del robo con violencia cometido en Miajadas el pasado mes de marzo a Ana María Hortet, de 86 años, que regentó el famoso Estanco Ana Mari de la calle Real. La muerte de Ana María causó una profunda consternación en Miajadas, donde su familia era muy conocida y querida. Ella estaba viuda, su marido trabajó en el Banco Central y el matrimonio trajo al mundo tres hijos. La hija falleció joven, el hijo mayor lleva el estanco de su madre y el pequeño está empleado en la fábrica de tomate.

Las investigaciones de la Guardia Civil comenzaron en ese momento, tras cometerse el robo con violencia e intimidación, en el que Ana María falleció. La Guardia Civil, a través del Equipo de Personas de la Unidad Orgánica de Policía Judicial (UOPJ) de Cáceres, se hizo cargo de la investigación para tratar de esclarecer los hechos y proceder a la identificación y posterior detención de los supuestos responsables.

Durante la investigación de los hechos, la Benemérita obtuvo "fundadas sospechas" acerca de la comisión de otros hechos delictivos relacionados con hurtos y robos violentos, frente a personas de avanzada edad, por parte de los integrantes del grupo criminal desarticulado.

Estas investigaciones, ha informado la Guardia Civil en nota de prensa, se han visto dificultadas por el hecho de que los detenidos no tuvieran domicilio conocido y porque, una vez cometían los hurtos o robos, se desplazaban rápidamente a otras poblaciones utilizando para ello distintas vías de comunicación, principales o secundarias. De hecho, aquel día del suceso las entradas y salidas a Miajadas fueron vigiladas por los agentes con parada y registros de automóviles para tratar de recabar pistas y dar con los presuntos autores.

Además, eran personas que "infundían un miedo tal en sus víctimas y en los testigos de sus hechos delictivos, que estos no se atrevían a colaborar después en su reconocimiento o identificación". Se trata, prosiguen fuentes de la Comandancia, de "personas itinerantes" que se desplazaban por diferentes partes del territorio nacional, e incluso realizaban desplazamientos a nivel transnacional, pesando sobre ellos señalamientos judiciales de búsqueda y detención, emitidos por diferentes juzgados, por delitos de la misma naturaleza al investigado, cometidos en distintas provincias del territorio nacional, a lo largo de la franja mediterránea.

El grupo se trasladaba a diferentes localidades en las que, a través de la práctica de la mendicidad, accedían hasta los mayores para solicitar información sobre algún lugar en concreto, ya fuera un hospital o un ayuntamiento. De esta forma se ganaban la confianza de las víctimas y una vez conseguían aproximarse a ellas, e incluso acceder a sus domicilios, aprovechaban para robarles las joyas que llevaban puestas, marchándose después de la población. De hecho, a Ana María le robaron el collar que llevaba puesto,

Mientras uno actuaba, el otro esperaba y daba protección y cobertura en la huida, siendo esta la persona encargada de custodiar la documentación personal de quien cometía los robos, además del depositario de las joyas hurtadas o robadas, todo ello con la finalidad de interferir y dificultar las labores de investigación policial, para el caso de que, quien cometía el robo, fuera interceptado.

Violencia "desproporcionada" contra Ana María

Los investigadores observaron que los detenidos actuaban con una "desproporcionada violencia" en la comisión de los delitos, no teniendo ningún reparo a la hora de agredir o utilizar la violencia para conseguir su propósito. Precisamente, en el presunto robo con violencia de Miajadas, se ha podido constatar cómo Ana María se percató de la comisión del delito, lo que provocó su presunta autora no dudara en utilizar la violencia para robarle las joyas, huyendo después rápidamente del lugar. Tras el robo, la víctima, de 86 años de edad, falleció a los pocos minutos.

Ana María Hortet era muy conocida en Miajadas por su belén tal como aparece en esta imagen de archivo. MANUEL FERNÁNDEZ COSME

La investigación permitió obtener la localización, ubicando a los presuntos autores en Reino Unido. Analizando la información obtenida se pudo averiguar que tratarían de entrar en territorio nacional a través del aeropuerto de Málaga. De esta manera, el pasado 25 de mayo, se procedió a la detención de los presuntos responsables de los hechos investigados, justo en el momento en el que su avión aterrizaba en el aeropuerto de Málaga, procedente de Reino Unido.

Tras la instrucción de las diligencias correspondientes, los detenidos fueron puestos a disposición Autoridad Judicial, y en base a las investigaciones desarrolladas y a los indicios aportados, la titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción Nº 1 de Trujillo (Cáceres), decretó el inmediato ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza, para la mujer y la libertad provisional con cargos para el hombre.

Los hechos tuvieron lugar en la calle Real, donde Ana María residía, a unos 200 metros del ayuntamiento miajadeño. Era conocida porque confeccionaba un belén en su casa y tenía miles de piezas. Tres agentes de la policía local se trasladaron al lugar de los hechos. También acudieron un médico y dos enfermeros y ya en la vivienda de Ana María Hortet no pudieron hacer nada por salvar su vida.