Carpintero y actor. Esta es la carta de presentación de Mario Gil (Miajadas, 1985). Así que sin dudarlo y siguiendo su pasión por la artesanía y el mundo de la interpretación, este joven dice disfrutar mucho de ambos trabajos. «Es algo complementario porque son dos oficios muy artísticos. La manipulación por la madera me viene desde pequeño de la mano del maestro, Paco Valares, hermano del gran Fulgen, tristemente fallecido. Luego por circunstancias de la vida y gracias a la Sociedad Histórica de mi pueblo, me ofrecieron un papel que al principio no quería para una recreación antigua y ahí empezó todo. Después cursé diferentes estudios formativos con distintos actores», comenta este joven con una sonrisa a El Periódico desde las instalaciones de su empresa, ubicada en el polígono industrial de la capital europea del tomate.

Con buena mano: todos los muebles que hay en la estancia en la que atiende los elabora él con la ayuda de dos trabajadores. Cómodas, bancos, sillas, mesas, estanterías, puertas, escenografía para obras de teatro... De todo. Con un nivel de detalle sorprendente, al igual que otros muchos objetos decorativos.

El miajadeño en una de las grabaciones. EL PERIÓDICO

Y es que subirse a un escenario y dar lo mejor de si es para Mario un privilegio inexplicable. Se le ve un brillo especial en los ojos cuando señala que ha aparecido en series y películas como ‘La Peste’ (Movistar+), ‘Allí Abajo’ (Antena 3), ‘Invisible’... Y premiado en varias ocasiones por sus magníficos papeles en el teatro. 

Usted que es carpintero y arregla muebles, diga cuánto tiene de sanador sentarse en un patio de butacas. «Yo creo que para el alma es muy sanador. Si tienes algo chungo de verdad, mejor vete al médico (risas), pero si lo que necesitas es desconectar un poco del día a día, no hay nada mejor que un espectáculo en vivo y, si es el teatro, mejor», responde con orgullo. 

Resuelto y de ideas claras, Gil sabe sin embargo que la vida no es sólo teatro, televisión y cine, aunque casi, y no renuncia al disfrute con los momentos más cotidianos. En todo lo que lleva a cabo pone siempre intensidad, y entusiasmo