Es un restaurante que abraza. De esos que te abren el apetito y las ganas de disfrutar. Dispone de una decoración clásica con encanto y con color de tasca. «Ofrecemos comer rico sin más pretensiones», apunta Antonio José Canhoto desde el establecimiento que bautizó hace 31 años con el nombre de Girassol, ubicado en el centro histórico de Elvas (Portugal). Su cocina tradicional transmite cariño, pasión, conocimiento y saber hacer. Siempre con productos del Alentejo y de temporada. Así se podría definir en pocas palabras la experiencia de comer en esta posada.

«En la decoración hay guiños a muchos sitios de amigos y clientes. Uno de ellos que nos encanta es Trujillo. La ciudad tiene magia y una experiencia gastronómica inolvidable», comenta Antonio a El Periódico Extremadura mientras enseña algunos cuadros con guiños a la plaza Mayor y al conquistador Francisco Pizarro. Igualmente, en las paredes cuelgan otros lienzos, jarrones, una rueda de un carruaje, abanicos, llaves, fotografías de paisajes... Todo muy sencillo, sin grandes lujos, pero derrochando afectuosidad.

Plaza Mayor de Trujillo. Alberto Manzano

Con esta colección de antigüedades, Girassol acoge con un trato cercano y familiar a los comensales atraídos por su amplia oferta culinaria y triunfal (vista la ocupación un sábado, mejor reservar), y por una carta en la que destacan los huevos revueltos con chorizo, filetes de cerdo con queso de oveja y orégano, pluma ibérica o secreto con guarnición de patatas y arroz, bacalao a la dorada o con almejas frescas y gambas, salmón, sopa de pescado, ensalada tropical con camarones y fruta fresca... Para acompañar a estos manjares posee vinos de gran calidad. Y además están sus ricas natillas y tartas caseras, qué inefable placer.

Cuadro de Francisco Pizarro. ALBERTO MANZANO

Portugal está ahí al lado, al alcance de la mano, pero aún sigue siendo desconocido para mucha gente. El país vecino ofrece tradición, naturaleza, gastronomía, cultura... con tantas conexiones habidas y por haber como las de Girassol, que guarda en Elvas un trocito de Trujillo.