Listado por numerosas publicaciones especializadas como uno de los mejores Carnavales del país celebrados en el medio rural, el PeroPalo podría lucir perfectamente la vitola nacional. Y no es para menos, porque este festejo, cuyo origen es desconocido, es de Interés Turístico Regional por su antigüedad y tradición y viste las calles del casco antiguo de Villanueva de la Vera, declarado Conjunto Histórico Artístico en el año 1982, cada Carnaval.
Tradición y belleza cromática
Se trata de un festejo lúdico, para disfrute de sus gentes, donde un pelele (el Peropalo) es ajusticiado, día tras día, desde el domingo de Carnaval. Durante este ritual específico (la Judiá), el municipio despliega toda su tradición folklórica y su belleza cromática. El ajusticiamiento tiene lugar el martes de Carnaval, y un tribunal lo condena a la hoguera. El jinete que representa al condenado salió alrededor de las 09:30 horas del ayuntamiento con la cara tiznada a lomos del burro, y ambos fueron paseados por los peropaleros al ritmo del tamborilero y disparos de salvas.
Por la tarde, el ofertorio, durante el cual se recogen las aportaciones económicas de vecinos y visitantes, quienes reciben los denominados aporreos de los Calabaceros, figura que encarnan tradicionalmente cada año los quintos del pueblo.
Son varias las hipótesis que se barajan sobre el origen de este festejo, siendo la más aceptada el ritual agrario de fertilidad que comenzó a realizarse en la época de la Europa prerromana.

Polémica por el uso del burro
Y como cada año, regresa la polémica a este pueblo verato por el uso del burro; este año en pleno debate de la nueva Ley de Bienestar Animal.
Antes del festejo, la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (Anpba) remitió un escrito formal al alcalde de Villanueva de la Vera, Antonio Caperote, solicitando que, en las fiestas no sacara a ningún burro por las calles del pueblo.
Una petición que esta asociación justifica en que la autorización municipal para el uso del burro en estas fiestas se encuentra en la actualidad ‘sub iudice’, es decir, pendiente de resolución judicial, después de que el Juzgado de lo Contencioso-Administrativo de Cáceres admitiera a trámite, en julio de 2022, el recurso contencioso-administrativo interpuesto por este colectivo.
La asociación entiende que utilizar a un burro o un asno en el festejo del ‘Pero-Palo’, provoca al animal «de manera intrínseca y consustancial, sufrimientos innecesarios y presuntos tratos antinaturales» prohibidos por el artículo 4 de la Ley extremeña de Protección Animal.
Por ello, y hasta que el juez resuelva el contencioso, la asociación considera que «sería muy apropiado que el animal dejara de ser utilizado en las fiestas del Pero-Palo».