Robledollano, un pueblo de apenas 300 habitantes, acogió el pasado 9 de septiembre un evento multitudinario de vehículos tuning en el que se congregaron más de 220 coches y motos inscritas y en torno a 600 personas a pie. Se trataba de la tercera edición de esta quedada que tiene lugar en la localidad cacereña, que arrancó en 2019 y sufrió un parón obligado por la pandemia. En 2022 regresó, y lo hizo con tanta fuerza que los organizadores han decidido convertirla en una actividad anual. 

La Vera Tuning es el grupo encargado de la preparación de este evento, y Ángel Sánchez es el principal responsable de que salga adelanto en Robledollano: «Decidí hacerlo la primera vez en mi pueblo para celebrar mi 18 cumpleaños con amigos y fue un éxito». Junto a él, otras diez personas son las encargadas de velar por el buen hacer de la concentración, que atrae a personas llegadas desde diversos puntos de la geografía nacional (Madrid, Valladolid, Granada, Salamanca...).

Desde antes de las 10.00 horas ya se oía el rugir de los motores por las calles del pueblo. Al mediodía ya estaba el recinto habilitado lleno de vehículos (se celebró en el complejo deportivo de la localidad, que cuenta con más de 2.000 metros cuadrados). A las 16.00 horas comienza el punto fuerte: las pruebas entre los asistentes. Sonido de escape, equipos de música y limbo son las que los jueces evalúan para, al final de la tarde, otorgar un total de 60 premios distribuidos por categorías entre los presentes y realizar sorteos de los regalos aportados por los patrocinadores, como tintes de lunas o productos para los coches.

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«Es muy difícil calcular el tiempo que necesitamos para organizar el evento, pero desde que decidimos comenzar con la preparación hasta el día que lo hacemos pueden pasar unos cuatro meses», asegura Sánchez. Desde primera hora de la mañana, un amplio número de personas está repartido por el recinto y comunicados por ‘walkie-talkies’ para asegurar que todos los asistentes cumplan las normas. 

«Cuando acaba el evento y todos se han ido contentos, la sensación es indescriptible. Te da mucha paz y tranquilidad porque sabemos que todo el esfuerzo realizado ha valido la pena. Luego nos quedamos todos los amigos y toca disfrutarlo», finaliza Sánchez.