El Apunte

La investidura fácil para Rafael Mateos

Será, después de unas elecciones sin mayoría, la negociación postelectoral más tranquila de todas las que ha habido hasta ahora

Rafael Mateos se abraza a su compañero de candidatura Víctor Bazo en la noche electoral.

Rafael Mateos se abraza a su compañero de candidatura Víctor Bazo en la noche electoral. / Carla Graw

José Luis Bermejo

José Luis Bermejo

No es el mejor escenario para Rafael Mateos, nada es tan placentero como una mayoría absoluta. Pero de todas las combinaciones posibles que podían haber salido de las urnas el 28M es, desde luego, la mejor para alguien que no ha obtenido dicha mayoría. No depende de nadie para ser investido alcalde. Va a ser probablemente la negociación, tras unas elecciones sin un partido con más de 12 concejales, más tranquila de todas las que ha habido hasta ahora porque las fuerzas de la oposición no van a unirse para impedir a Rafael Mateos ser el próximo alcalde. PSOE, Unidas Podemos y Vox, que juntos sí que tienen la mayoría absoluta, no sumarán sus votos en la investidura.

Y el PP gobernará en minoría. Los gobiernos de coalición, en Cáceres ha habido dos desde 1991, no funcionan. El socio con menos concejales siempre reivindica su protagonismo y antes de que acabe la legislatura los pactos se han roto. Vox ha pedido esta semana entrar en el gobierno local con el PP. Ambos sumarían la mayoría absoluta, que en la corporación local son trece concejales. Mateos ya ha dicho que no, que el PP gobernará solo, y esto no cambiará. El gobierno municipal estará formado por los once concejales del PP.

Rafael Mateos no necesita ahora a Vox. Pero sí durante la legislatura. En el mandato puede contar con respaldos puntuales del PSOE y de Unidas Podemos, pero siempre será en decisiones de consenso. Pero cuando su gobierno en minoría tenga que adoptar acuerdos decisivos, como, por ejemplo, la aprobación de un presupuesto o una reducción de impuestos locales, que es una de las principales promesas del futuro alcalde, solo podrá buscar el apoyo de Vox.

Y esto se notará en los contactos que habrá en los próximos días y en lo que ambos partidos pongan sobre la mesa en las reuniones que mantendrán antes de la investidura del 17 de junio. No se estará negociando a corto plazo, ni la investidura ni la formación del gobierno, sino con qué condiciones Vox dará su apoyo al PP cuando lo necesite, que no solamente será cuando requiera una mayoría absoluta, sino también cuando el PSOE y Podemos unan sus votos en el pleno de la corporación local, ambos suman doce concejales por once del PP. Vox no tendría que sumar sus votos a los dos partidos de izquierda, bastaría con que se abstuviese para que el PP pierda la votación. Otra cosa habría sido si en el recuento de los votos el PP hubiese ganado un concejal a costa del PSOE, dado lo igualada que estuvo la asignación del edil veinticinco, el último de la corporación. Pero en esa revisión del escrutinio el pasado viernes no ha habido cambios. La corporación se queda con once concejales del PP, diez del PSOE, dos de Vox y dos de Unidas Podemos.

Los contactos que en los próximos días mantendrá el PP con el PSOE y Podemos serán de cortesía. Será en las reuniones entre el PP y Vox que se celebrarán estos días en las que se empezará a vislumbrar cómo de fácil o difícil será esta legislatura para el gobierno local, que solo será del PP, pero que tendrá que compartir el protagonismo con Vox.   

Es lo que ha ocurrido los últimos ocho años en el ayuntamiento. Primero entre PP y Ciudadanos, no sin más de un encontronazo, y después entre PSOE y Unidas Podemos con un acuerdo para la legislatura pero revisable año tras año, fórmula que ahora podría reeditarse, pero con otros protagonistas muy distintos.

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