No nos podemos pasar el día pensando ¿qué será de nosotros y de nuestras vidas? El pasado, el presente y el futuro siempre tienen que ver con la incertidumbre. De nada nos vale pensar que, gran parte de nuestro destino, se deba a nuestras propias ideas y sus posteriores aplicaciones. Falso.

En décimas de segundo todo puede cambiar. La incertidumbre juega con nosotros y nos incorpora a su partida; ofreciéndonos una traidora encrucijada de caminos de difícil elección. Aprovechar el momento cada día, parece ser la solución, ante tan poca certidumbre.