Hay una triste realidad en la sociedad actual que anida en las conciencias de algún que otro sector de jóvenes inmaduros; y que anda diseminada por este cómodo mundo virtual y globalizado; en donde la irresponsabilidad se convierte en un buen caldo de cultivo para estos estúpidos. De vez en cuando, saltan (como los piojos cuando se mudan) y se hacen notar en la vida real.

Con premeditación y alevosía, un niñato (más cerca de ser ‘hijo de papá’ que del pueblo) va y suelta un puñetazo a una persona, que (al margen de su posición política) está trabajando por una causa justificada; y que además, es un representante democrático y respetable del gobierno de un país. Vergonzoso.

Estas acciones (jaleadas cínicamente por merluzos) son despreciables, y dejan en evidencia el rumbo equivocado que algunos han elegido para construir esa sociedad avanzada y respetuosa en la que todos soñamos. Tomarse la justicia por su mano difícilmente cabe en una sociedad avanzada. Sí, en la de esos ‘cebolletas verdes’.