La Orquesta de Extremadura

Magnífico concierto de Navidad dado por nuestra orquesta sinfónica en Cáceres, con su expresivo y estupendo director titular, Andrés Salado, versátil y cercano al público.

Un concierto para todos con un programa popular lleno de bellas melodías, como La bella durmiente, El Cascanueces de Chaikovski, la música que te atrapa de Carmen de Bizet, el vals lento y maravilloso de Sibelius, los sones mejicanos que te invitan a bailar del Huapango de Moncayo y acabando con una selección magnífica de villancicos populares, como Noche de Paz, el Tamborilero, Campana sobre campaña , el Jingle Bells, entre otros, con el director entregado, invitando al público a cantarlos.

Iba a venir a presentar el concierto Boris Izaguirre, al final no vino, pero ni falta que hizo, porque uno de los violines, el cacereño Santiago Pavón, presentó, comentó con simpatía y comicidad al unísono con el director las obras a tocar y lo hizo estupendamente y el público lo reconoció con sus aplausos.

Pero hubo un pero que a mí como cacereño me avergonzó, el patio de butaca a medias, una pena que los cacereños no arroparan y disfrutaran con nuestra prestigiosa OEx reconocida a nivel nacional e internacional, que unos tiempos tan difíciles, nos regala música como alimento para el alma y para la paz.

Una orquesta que desarrolla proyectos socieducativos y conciertos didácticos con niños y jóvenes, educando a través de la cultura musical y sus valores.

Por todo ello, siento como extremeño un gran orgullo por esta nuestra orquesta, pero a la vez también siento pena como cacereño que en nuestra ciudad no se apoye más a la OEx y, sobre todo, no se disfrute y deleite con la música como arte universal que une pueblos y sensibilidades, haciéndonos más felices y más humanos.

Larga vida a la Orquesta de Extremadura, y feliz Navidad y Año Nuevo para sus músicos y director.