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Las ratas

José Antonio Barquilla Mateos

El otro día en un programa de televisión salió una noticia un tanto extraña, o al menos curiosa, que me causó, supongo que como a muchas personas, cierta perplejidad, o mejor dicho, un asombro extraordinario.

Hablaban de las ratas y se decía en la noticia que quien matara una rata tendría no sé qué penalización, no sé qué multa, incluso podría ingresar en prisión por un periodo más o menos largo. Al día siguiente, al despertar, me acordé del tema de las ratas, y confieso, que por un momento creí que lo había soñado.

No he matado nunca una rata ni espero hacerlo jamás. Si acaso viera alguna vez una en casa, y espero que eso no suceda, la mostraría la salida para que buscara su hábitat natural, que probablemente fuera una cloaca,  y después desinfectaría la casa.

Que a estos bichos inmundos, amantes de la mierda, sin perdón, se les conceda esa inmunidad, está fuera de mi comprensión porque no están precisamente en peligro de extinción, sino todo lo contrario, pues son, como todos sabemos muy prolíficas, y aunque dicha especie estuviera en la coyuntura de acabarse, no me causaría, como a la mayoría de la gente, supongo, ningún pesar, sino todo lo contrario, pues una especie tan dañina y repulsiva como la rata, que yo sepa, solo causa pesadumbre.

Aunque sirven de alimento para otra especies de animales, las ratas no nos resultan simpáticas, por muy listas que sean ( que lo son ). La noticia no dijo si se trataba de rata de campo o de ciudad, o al menos yo no lo escuché. Probablemente se trataba de las ratas en general. 

De ratones, no dijeron nada. No sabemos si el tema va con ellos o no. Ya veremos.

Siempre he creído que este tipo de bichos era una especie insalubre causante, como todo el mundo sabe, de diversas enfermedades como el tifus y otras; y que son portadoras de la peste, que les causa una bacteria y que es transmitida a través de las pulgas que han portado previamente estos insanos roedores.

Si una pulga de las ratas pica a una persona, la cuestión pudiera ser, al menos, preocupante.

Esperemos que la sangre no llegue al río y que la cosa no sea para tanto. Pero la noticia de las ratas me parece como mínimo, rara, y aquí no está de más decir, eso de si los antiguos levantaran la cabeza y vivir para ver.

Estoy de acuerdo en proteger el reino animal para que las especies diversas no se extingan. Y el maltrato a los animales me duele como a la mayoría de la gente y estoy en contra de los maltratadores del reino animal en general.

Estoy de acuerdo en cuidar a nuestras mascotas y en tenerlas bien alimentadas, limpias, vacunadas. Y estoy también de acuerdo en darles protección y cariño, y algún que otro regalo de añadidura.

Pero el tema de las ratas no lo entiendo y las medidas tan drásticas que se tomarían por la eliminación de un bicho de estos me parece mucho más que sorprendente.

Espero que no dejemos el paso franco a las ratas por las calles y plazas de nuestras ciudades y nuestros pueblos, ni nos apartemos ante ellas en señal de respeto como pasa con las vacas y con los monos sagrados en la India porque, de verdad, me pregunto que a dónde iremos a parar con tan extraños desafueros.

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