El pintor Francisco Pedraja Muñoz, distinguido hoy con la medalla de Extremadura, ha asegurado que este reconocimiento es el más importante que le han otorgado en su vida y ha sostenido que llega en el momento oportuno y que consigue rejuvenecerle.

Pedraja, nacido en Madrid en 1927 y residente en Badajoz desde 1941, fue nombrado en diciembre de 2006 hijo adoptivo de Badajoz, una distinción que le llenó de alegría, al igual que ahora lo hace la concesión de la medalla de Extremadura.

"Este premio llega en el momento oportuno, ni antes ni después", ha declarado a la Agencia Efe el pintor que, con 86 años, asegura encontrarse muy bien, tanto mental como físicamente, lo que le permite seguir trabajando e impartir clases en la Universidad de Mayores.

"Es el premio más importante que me han dado en mi vida, sin duda. Otro importante fue ser hijo adoptivo de Badajoz, lo que consigue rejuvenecerme como extremeño", ha añadido Pedraja, considerado como el introductor de la pintura moderna en Extremadura con su arte expresionista.

Por otra parte, el pintor, que se ha caracterizado desde los inicios por una especial sensibilidad hacia el color, se ha mostrado esperanzado con los tiempos que corren, que son muy difíciles, pero que seguro que mejorarán, como ha ocurrido siempre en la historia.

"Yo viví tres años de guerra en Madrid, una ciudad sin pan y bombardeada. Y aquí sigo, vivo. He conocido momentos peores", ha añadido el pintor.

Sobre el paisaje de Extremadura, que tanto ha retratado, Pedraja ha asegurado que es de gran belleza y ha cambiado mucho desde que hace 70 años llegó a Badajoz, igual que ha evolucionado la cultura y la economía extremeña.