«Dos caballeros estaban pujando por mi pequeño y caliente cuerpo», recordaba Coco Chanel, refiriéndose a su amante Étienne Balsan, heredero textil que la sacó del mundo del cabaret, y a su rico amigo, el capitán Arthur Edward Capel, más conocido como Boy. Fue la relación con Capel, y su prematura muerte, la que devastó de tal forma a la diseñadora que desde entonces, apunta la periodista y escritora Lauren Viera, manifestó que «pondría a todo el mundo de luto por él»: durmió sobre sábanas negras, vistió de negro riguroso y el negro no dejó de estar presente en su trabajo. Boy la instaló en un apartamento en París y la ayudó a abrir su primera sombrerería. Tras la década en que fueron amantes (años en que ambos mantenían otras relaciones), él se casó con una aristócrata en 1918. La muerte de Boy fue poco después, en accidente de coche, cuando iba a ver a Coco por Navidad. Para el frasco del mítico perfume Chanel número 5, su número favorito, se inspiró en los envases de tocador de Capel y en su licorera de cristal.