Cuando Javier Cercas se decidió a recorrer la Terra Alta y publicar ‘El monarca de las sombras’ (2017), sabía, o sospechaba al menos en su fuero interno, que, una vez más, daba un paso hacia delante en su propio proceso de creación literaria, aunque no supiera adónde le conduciría ese nuevo paso. Apenas dos años después, Cercas ha sido galardonado con el premio Planeta 2019 por su novela ‘Terra Alta’.

Es cierto que con ‘El monarca de las sombras’ podía dar por cerrada —nunca puede decirse por finalizada, tratándose del escritor extremeño— al menos por ahora, la etapa exitosa que iniciara con ‘Soldados de Salamina’ (2001) y ratificara después con novelas tan redondas como ‘La velocidad de la luz’ (2005), ‘Anatomía de un instante’ (2009), ‘Las leyes de la frontera’ (2012) o ‘El impostor’ (2014). Pero quien no ha leído a Cercas antes de ‘Soldados de Salamina’ —‘El móvil’ (1987), ‘El inquilino’ (1989), ‘El vientre de la ballena’ (1997)—, no conoce a Cercas.

En realidad, el universo del novelista se estaba alineando para concebir ‘Terra Alta’ mucho antes de que el escritor viniera al mundo. Así, en 1862, Víctor Hugo publicaba ‘Los miserables’. Exactamente un siglo después, en 1962, nacía Javier Cercas en Ibahernando (Cáceres). En 1919 había nacido —también en Ibahernando— su tío abuelo Manuel Mena (M. M.), protagonista de ‘El monarca de las sombras’, que perdería la vida combatiendo en la Terra Alta, comarca de «la Cataluña pobre» —como la llama Cercas—, durante la batalla del Ebro. Justamente un siglo después, 2019, Javier Cercas ganaría el premio Planeta con una novela titulada ‘Terra Alta’, dando a luz a su personaje más querido, otro M. M., Melchor Marín, el ‘héroe de Cambrils’, un mosso d’esquadra.

Javier Cercas había jugado ya anteriormente en su narrativa con los conceptos fundamentales de la ‘novela de enigma’, que iniciara allá por el siglo XIX el gran escritor norteamericano Edgar Allan Poe, pero siempre lo hizo en el terreno de una catalogación ambigua; sin embargo, con ‘Terra Alta’, Javier Cercas, que vivió durante dos años en Estados Unidos, construye una novela negra al cuadrado, encargando a Melchor Marín dos investigaciones simultáneas, que nos llevan a reflexionar con él sobre el ser humano, sobre nosotros mismos, sobre la credibilidad de una ley a la que Melchor Marín representa y a la que burla una y otra vez, y sobre la legitimidad de la venganza, teniendo como libro de cabecera y referente vital Los miserables de Víctor Hugo, la novela romántica e ilustrada del XIX, que interpreta de formas muy diversas, y con cuyos personajes principales mantiene un diálogo continuo, especialmente con el inspector Javert, profundizando en un dilema ético.

‘Terra Alta’ es un planeta más en el que confluyen, de otra manera, todos los planetas del universo literario de Javier Cercas, y se comunica con todos los demás planetas aunque presente su territorio propio, su propia luz, sus océanos y sus mares; de este modo, el novelista pone en conexión, por ejemplo, ‘novela negra’ y ‘novela de la guerra’, salta del cine ‘gore’ al ‘thriller’ psicológico, aparca la autoficción pero genera un relato auténtico, gira desde la metaliteratura del escritor hacia los dominios del crítico y del lector, y exhibe una intertextualidad a veces literal otras conjetural, pero siempre enriquecedora.

La literatura y la lealtad a sus maestros constituyen parte del ADN de Cercas. Con ‘Terra Alta’, la traición aparente a sus raíces denota un rostro nuevo y necesario de esa lealtad, pero sin perder lo esencial, es decir, descubre un rostro diferente cuyos rasgos son siempre reconocibles.

Permítanme en este sentido, y para terminar, tan sólo dos apuntes cronológicos todavía. En 1979, hace ahora cuarenta años, Manuel Vázquez Montalbán, uno de los escritores favoritos de Cercas, ganaba el premio Planeta con ‘Los mares del Sur’, una entrega de novela negra de la serie protagonizada por el impenitente detective Pepe Carvalho, y en la que aparece como personaje uno de los principales mentores literarios de Javier Cercas: el profesor Sergio Beser, a quien —escribe Vázquez Montalbán— «nada de la literatura le es ajeno». Curiosamente, desde que ganara el Planeta, Cercas se ha declarado, en varias ocasiones, ‘seriéfilo’.

Y, por último, quisiera subrayar el énfasis que pone Melchor Marín cuando afirma que se desplazó desde Barcelona a la Terra Alta hace cuatro años, con todo lo que esto supuso para él, hasta el punto de que la considere su patria. Cuatro años. Los mismos años que tenía Javier Cercas cuando allá por el 1966 dejó Extremadura para irse a vivir a Cataluña, e iniciar un viaje alucinante del que ‘Terra Alta’ ha pasado a convertirse en una estación más de su itinerario imparable.

*Profesor de Lengua y Literatura