Los chicos de Estopa viven el confinamiento más o menos como todos: Entre los deberes del niño, fregar, hablar con los colegas, jugar con la consola, leer algo..., y tocar un poco la guitarra, cuenta David Muñoz por teléfono en un FaceTime a tres bandas con este diario. Ni él ni su hermano Jose tienen estudio ni equipo técnico en casa, y sus móviles serán todo el sustento con el que contarán en el concierto en streaming que ofrecerán a través de Instagram este viernes a las 20.10 horas (después de la ovación popular diaria al sector sanitario). ¿Por qué lo hacemos?, replica David. Porque es lo único que podemos hacer.

Ahí estarán, cada uno desde su domicilio (ambos en el Baix Llobregat), dispuestos a una experiencia inédita en su historial. Nunca hemos hecho algo así. En casa no tenemos ni micros, y somos muy torpes, así que esto va a ser Estopa en estado puro, purísimo, adelanta David. Pero, aunque será como un concierto a puerta cerrada, aventura Jose, presentirán las miradas desde el otro lado de las pantallas. No veremos ni oiremos al público, pero creo que de alguna manera lo notaremos. Emitirán desde la cuenta estopaoficial, usando el móvil de Jose, y David se conectará a través de un perfil propio, kinkarro76. A causa de la latencia derivada de la señal telefónica no cantarán ni tocarán a la vez, sino alternándose. Prevén que la actuación ronde la media hora.

Televisor apagado

Después de sus conciertos pre-navideños, Estopa iba a retomar la gira Fuego en Casas-Ibáñez (Albacete) el 24 de abril, itinerario cuyas primeras fases son ahora objeto de revisión. El anuncio del confinamiento les agobió al principio, confiesan, pero dicen haber establecido un ritmo del día a día que los ha llevado a acostumbrarse. El método ha pasado por dosificar la información en torno al fatídico bicho. La tele en casa está apagada, asegura David. Las noticias son muy monotemáticas y deprimen bastante. No digo que no sea verdad lo que dicen, pero me deprime. Las noticias las vemos por la mañana en el móvil y es suficiente.

¿Y aquella pretensión de que en estos días todos nos pondríamos a devorar libros? Al final, lees las mismas horas que siempre, como antes de irte a dormir, confiesa Jose. ¿Y películas? Sí, como Big fish, que vimos el otro día con el niño. Y ahora quiero pasar el DVD con la serie de dibujos de los años 80 Ulises 31, cuenta David. Está bien estar con tu familia en plan comuna. Con un ojo en las redes sociales, Jose celebra la creatividad en el mundo del meme. El ingenio y la guasa que le pone la gente son maravillosos.

Contra los recortes

Ambos esperan que de todo esto salga una humanidad mejor, aunque ven el futuro con reservas. El mundo nos lo vamos a encontrar más limpio, y espero que entonces no volvamos a contaminarlo, desliza Jose, a lo que David replica con escepticismo. Puede ser flor de un día. Espero que el ser humano no cometa otra vez el mismo error y que las cosas que valoramos ahora sigan siendo importantes cuando termine esta guerra.

El golpe del virus ha removido conciencias y reconsiderado principios ideológicos: hasta Britney Spears habla de redistribución de la riqueza en su cuenta de Instagram. Hay cosas de las que espero que se acuerde la gente, como la sanidad pública. Ahora tenemos todos la conciencia de que necesitamos una sanidad de calidad, y ojalá cuando pase esta guerra lo sigamos pensando, y no volvamos a decir que es inviable y no sé que más, razona David. Tiempos de sacudidas físicas y mentales, y de miedos que habrá que saber mantener a raya. Cuando pase esto, y ya no haya peligro de virus, evidentemente yo volveré a dar abrazos. A mí, que me dejen de rollos. Reivindico tocarse!. Jose remata con humor. Pero no a uno mismo! Estos días, con lo que esta pasando, no me toco ni yo!.