Sonja Müller es una mujer alemana a la que no hubiera conocido (no sé su edad, no sé casi nada de ella, solo unos pocos detalles) si yo no tuviera un gato diabético. Ayer me enteré de que dibuja. Dibuja como modo de encontrarse, reencontrarse, superar los muchos reveses que tienen las vidas y porque le dijeron que tenía dos manos izquierdas. La pueden encontrar en Instagram, buscando ‘holumpa’. No ha publicado aún ningún libro, pero sus dibujos son tiernos, sensibles, coloridos y maravillosos. A mí, que me gusta pensar bonito, me encantaría que algún escritor de libros infantiles me leyera y pudieran trabajar juntos. Es alemana, pero habla inglés. No le he visto la cara, pero gracias a ella mi gato está mejor que nunca.

Dos manos izquierdas. Qué hubiera pasado si Shakespeare hubiera sido mujer, si Dickinson hubiera sido hombre, si a usted, o a mí, no nos hubieran enseñado que somos cosas que, a lo mejor, no somos. Concha Buika lo contaba: a ella le decían que no podía cantar, que no sabía y lo superó gracias a la tribu que le dijo que siguiera.

Nunca sabemos a dónde nos pueden llevar los hechos pequeños. José María Tornero, que es de esos músicos que se ganan la vida de otra cosa (como profesor de matemáticas en la Universidad de Sevilla), contaba una vez algo que le había ocurrido hace ya diez años: «Fue desenchufar y llegar un grupo numeroso, como doce o quince personas, de edades muy diversas, claramente una reunión familiar y, con algo de logística, juntaron y ocuparon varias mesas. Al vernos recogiendo, una mujer de unos cincuenta se acercó a nosotros y nos dijo: «¿Recogéis ya? Oh, qué pena… es que estamos aquí de celebración con mi madre y a ella es que le encanta la música…». Señalaba a una señora anciana, pero de aspecto vital, sentada y muy arropada por todos.

Tocaron: una lenta. Lo pidió ella porque quería bailar con su marido. Cuando acabó de bailar dijo, «con la voz un poco temblona»

-Ustedes no sabéis lo que ha sido esto para mí. Estoy aquí, con mi familia, que estamos celebrando que ayer me dieron el alta en el hospital. Y es que hace seis meses los médicos me ingresaron por una enfermedad de las piernas y me dijeron que no iba a volver a andar. Y yo… mira qué tontería, yo sólo podía pensar en que por favor volviera a andar para poder bailar con mi marido.

Por el «ustedes no sabéis» habrán adivinado ya que estaban en Sevilla.

Alemania, Sevilla, Chile… De Chile viene a Cáceres François López-Ferrer, para dirigir a la Orquesta de Extremadura tocando un concierto para trompa que compuso Richard Strauss, cuyo padre era trompa. En Madrid normalmente está Javier Bonet, que será el solista, porque trabaja con la Orquesta Nacional de España… aunque no sé si decir «normalmente» tratándose de un músico es ajustado. En Badajoz, desde Portugal llega Marta Menezes, para participar en el XIX Ciclo de Conferencias y Conciertos ‘Esteban Sánchez’, que organiza la Sociedad Filarmónica de Badajoz, que fundara Felipe Hernández, a quien su actual presidente, Javier González Pereira, confiesa que llama cuando piensa: ‘Cómo haría Felipe esto’.

La Sociedad Filarmónica, en este ciclo, da oportunidades a músicos que aún no son conocidos y que están estudiando.

En esta edición han invitado a los extremeños Jorge González Donaire y Mario Adame Porras, ambos alumnos de los Conservatorios de la Diputación de Badajoz, que ofrecerán un concierto mañana sábado en el Palacio de la Cultura de Herrera del Duque a las 20.00 horas. Escucharemos obras de Beethoven, Scriabin, Liszt y Chopin, Bach y Liszt.

Qué maravilloso poder hablar de tantos planes. Y que haya donde elegir. Más piano. Un piano de cine. «El piano fue el instrumento más representativo del Romanticismo, época en la que proliferaron grandes compositores de la talla de Schubert, Mendelssohn, Schumann, Liszt o Chopin, solo por citar algunos nombres. Con la llegada del cine se descubrió el gran potencial del piano para acompañar las primeras películas de cine mudo. Posteriormente, se incorporó a las bandas sonoras de muchos films». Eso nos cuenta Antonio Luis Suárez, que va a ofrecer un concierto por las músicas más representativas de la historia del cine. Quién no recuerda ‘El golpe’ (y no solo por esos semidioses llamados Paul Newman y Robert Redford).

No falta el teatro tampoco. En Mérida, a las siete de esta tarde en la Sala Trajano, podremos ver ‘El veneno del teatro’, dirigida por Domingo Cruz e interpretada por Fermín Núñez y Francisco Blanco. Fermín me contaba que sí, veneno habrá, o algo mágico, cuando ha tenido migrañas brutales y ha sido pisar el escenario y desaparecer el dolor. O el lumbago de una compañera, recordaba. Este ‘thriller’ se adentra en el trabajo actoral.

A 60 km estará Astor, un quinteto que rinde homenaje a Astor Piazzolla, un señor que cada día compone mejor, en el centenario de su nacimiento. Quisieron usar los arreglos originales de sus composiciones. El grupo está formado por varios argentinos y un español, que sabe más--- de tangos que los otros cuatro. A veces pasa. Y es maravilloso.

La perla

Once personas encima de un escenario. Como antes de la crisis, oigan. De la económica, no de la que nos ha traído el coronavirus. Divinas Palabras es una coproducción del Centro Dramático Nacional y Faraute, dirigida por José Carlos Plaza, que podremos ver este sábado 27 de febrero, a las siete y media de la tarde en el Gran Teatro de Cáceres. Esta es una de las obras más famosas de Ramón María del Valle-Inclán y conoceremos a la familia de Pedro Gailo, sacristán, casado con Mari Gaila, a su hija, Simoniña, a Laureaniño el Idiota... Y a Séptimo-Miau. Y veremos también mucha borrachera. Qué mejor plan, vive Dios, podrían pensar. Pues no, que es Valle. Como dicen en la presentación: hay imágenes de muerte, fanatismo, ingenuidad, barbarismo, codicia, avaricia y lujuria.