Carolina Yuste cumple los 30 en julio de este año. Nació en Badajoz y su nombre saltó al gran público con Carmen y Lola, que le dio su primer Goya. Estos días presenta tres películas en el Festival de Málaga, y en las tres hay un trocito de lo grande que es esta joven actriz por dentro.

"Quiero ser actriz para aportar un grano de arena interesante, porque estamos en un mundo tan mierda, están pasando cosas tan graves, que ponerte en la superficialidad de la profesión me interesa cero", dice la extremeña en una entrevista con Efe coincidiendo con la presentación hoy de Sevillanas de Brooklyn, una comedia amable del valenciano Vicente Villanueva, que compite en la Sección Oficial.

Yuste estrenó el festival el jueves pasado con El cover, donde bordaba el papel de imitadora de Amy Winehouse, canciones incluidas. Hoy es Ana, una profesora de sevillanas que tiene que bregar con una familia muy loca para convencer a un joven estudiante americano negro de que su hogar es el ideal para que aprenda lo que es la vida en España.

Y mañana estrena Chavalas, dirigida por Carol Rodríguez Colás.

"El cover y Chavalas las rodé a la vez; acababa de terminar la obra de teatro Prostitución, con Carmen Machi y Nathalie Poza, y nos pararon ambas pelis. Las retomamos a finales de mayo y junio y en julio rodé Sevillanas", dice la actriz.

Y, si todo hubiera ido bien, las películas se hubieran estrenado una tras otra, pero "qué bien haber venido a Málaga -sonríe la actriz-, me alegra tanto que empiece una nueva temporada de cine, y por favor, que la gente se anime a ir a las salas", suplica.

¿Cómo se plantea su carrera, cómo elige sus proyectos?

Me lo pregunto todo el rato y sé que quiero elegir cosas que me toquen, no siempre tiene que ser en el mismo lugar, pero a mi lo que me pone y lo que me gusta, y por lo que hago esto es por eso; yo si no hubiera sido actriz habría sido trabajadora social.

De hecho, se puso a estudiar antropología cuando acabó interpretación.

Me tira mucho lo que le pasa al ser humano, ver qué pasa a nivel social, intentar empatizar y generar solidaridad, amor y compartir.

O sea, que su pensamiento es de izquierdas

Sí claro, esto es así (se ríe), aunque me da pena que eso que te he dicho signifique eso, debería ser transversal absoluto. Pero sí, intento elegir proyectos que tengan que ver con esto. Lo que pasa es que a veces la realidad es aplastante y tienes que pagar un alquiler y tienes que vivir, y ayudar a tu familia, o lo que sea.

Pero me he dado cuenta de que cuando hablo de lo que hago, como ahora aquí, en Málaga, siempre veo que tienen ese poso, que mis proyectos intentan modificar o poner ese espejo en lugares que socialmente no siempre están puestos.

Como en El cover, que habla de esos artistas de Benidorm los imitadores, que son denostados, que no se les consideran siquiera artistas; o en Chavalas, que es la historia de una amiga del barrio que se va a perseguir otro tipo de vida y cuando vuelve se da cuenta de que sigue siendo lo mismo, te hayas ido a donde te hayas ido

O Sevillanas de Brooklyn que es una familia andaluza de barrio que están en apuros y esa madre que tiene que sacarlos adelante aunque sea de manera ilegal

¿Y ya ha dicho que no a algún proyecto?

Pues sí, este año me han ofrecido cosas, que me he dicho 'es que no', que iba igual hablamos dentro de dos años digo otra cosa. Pero es que yo quiero ser actriz para aportar un grano de arena interesante. Estamos en un mundo tan mierda, están pasando cosas tan graves que ponerte en la superficialidad de la profesión me interesa cero.

Pero estoy rodeada de compañeros y compañeras que no trabajan nada; yo no puedo mirar a otro lado.

En esta industria parece que para ser actriz hay que pasar por ciertos cánones y tener no sé cuántos seguidores y no sé cuántas marcas; no sé, si lo quieres hacer pues genial, cada uno tiene que tener un camino y en la diversidad está el poderío de la movida.

Yuste vive sola, con su gato, en Madrid desde hace años, aunque ahora lo tiene su madre que vive en Portugal en el campo; ella, que es de Badajoz, está "saturada" de la capital; "es cierto, dice, que en Badajoz no hay manera de encontrar una sala con versión original, pero...". Por eso, dice que admira y "adora" a Oliver Laxe: "hay que volver a la naturaleza".

¿Cómo se ve en el futuro?

Tengo muchas ideas en la cabeza (...) cada vez me interesa más 'contar-me' y hay una generación de gente joven, a nivel de autores y autoras que escriben novelas, gente de 30 que hablan de ellas, de dónde vienen, cuál es su circulo, que me llaman poderosamente la atención; también está pasando en el cine, en la música.

Mi generación, que no estuvimos en los 80, pero que tuvimos la adolescencia en los 2000, como que no está contada; y yo tengo esa necesidad. Pero no tengo prisa. Ahora no me atrevo, porque tengo mucho que aprender, pero acabaré por hacerlo.