El Periódico Extremadura

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Novedad editorial con sello extremeño

Escribir para dejar de vivir en ruinas

Ángela Flores posa sonriente con un ejemplar de 'Desnuda frente a mí'. El periódico

La extremeña Ángela Flores ha vuelto a las librerías con la obra 'Desnuda frente a mí', en el que habla de sentimientos, de liberar emociones, de superar los miedos y de cómo hacerlo, pero también de la vida y de conectar con los demás, y en el que además ha aprendido a «desnudarme sin quitarme la ropa».

Que el lector pueda coger impulso, enfrentar sus miedos y replantearse si de verdad esos miedos tienen la fuerza que parecen tener y si de verdad no nos creemos capaces de luchar por lo que queremos. Con esta finalidad Ángela Nieves Holguera Flores (Mérida, 1992) ha escrito 'Desnuda frente a mí' (ExLibric), el que es su segundo libro tras Al límite de la locura y con el que, dice: «He aprendido a desnudarme, sin quitarme la ropa». Y lo ha hecho a gracias a los 34 relatos que lo conforman, escritos en prosa poética, que acompaña de pequeñas frases a modo de introducción con las que invita a reflexionar. Un ejemplo: «Ser la oveja negra significa poder camuflarte en la oscuridad cuando los lobos acechan».

Estos relatos son independientes, pero, a su vez, tienen relación. «El libro completo forma una metáfora relacionada con la desnudez. Cada relato está titulado con el nombre de una prenda de ropa de la que voy desprendiéndome y, junto con ella, suelto una emoción relacionada con cada parte del cuerpo», explica para añadir: «Realizo una especie de viaje interno en el que revivo recuerdos, desnudo emociones, las heridas… y suelto todo lo que pesa». Además, cada uno de «estos sufrimientos los relaciono con un miedo, poniéndoles nombre, para tratar así de expresar todos los temores que, en ocasiones, nos impiden actuar».

"He tenido miedo de ser como soy, miedo al rechazo, a la soledad, miedo a no ser suficiente"

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Y, ¿a qué tiene o ha tenido miedo Ángela Flores (nombre con el que firma el libro)? Su respuesta es clara y sin ambages: «He tenido miedo de ser como soy, a escuchar lo que no quería escuchar; miedo al rechazo, a la soledad, a salirme de lo que hoy en día está establecido como ‘normal’, miedo a no ser capaz, a no ser suficiente…». Por eso en su libro habla del miedo, y lo hace con el fin primordial de transmitir que «a pesar del miedo, se puede» y que «la única forma de terminar con el miedo es viviéndolo» y pone un ejemplo: «Si tienes miedo a la soledad, la única manera de hacer que se desvanezca es estando en soledad».

Este libro «es un encuentro de emociones escondidas tras la piel», asegura esta joven extremeña, la misma que afirma que escribir sobre «sentimientos es desnudar el alma» y la misma que subraya que lo escribió en un «momento de caos, de decepciones, pero también de nuevos comienzos». «Un momento en el que necesité evadirme, detenerme para ver qué había dentro de mí, un momento en el que quise encontrar respuestas y ver más allá. Escribir 'Desnuda frente a mí' me hizo darme cuenta de que vivía en ruinas», subraya.

Fuerza, coraje, avanzar

Ángela Flores, cuyo primer libro bebía en las fuentes de la experiencia personal, aclara que Desnuda frente a mí no solo habla del miedo, si no también de la fuerza, el coraje, de la necesidad de avanzar pese a las adversidades, del amor propio, de reconocer los errores, de la conexión de las emociones con cada parte del cuerpo, de la libertad de uno mismo, de conocer nuestras virtudes, de reconciliarse con los defectos. En definitiva, «hablo de valor, aceptación, de abrazar el caos, de romper prejuicios y fluir con todo lo que somos, de no tener que cumplir con las expectativas de nadie». Su conclusión es clara: «Con este libro pretendo transmitir la importancia de aprender a desnudarnos por dentro», porque «sabemos muy bien observar hacia fuera, pero ¿y hacia dentro?», se pregunta.

Pese a parecer que se encuentra en un estado permanente de dualidad o contradicción al expresar tanto sentimientos positivos como negativos, para ella esta circunstancia no se da, pues solo «se trata de ir eliminando todas las ideas sobre ti misma que la sociedad te fue inoculando e imponiendo, haciendo que pierdas la conexión contigo, en mi caso por ser mujer». Añade: «Querer seguir la corriente y ser como deberíamos ser por encima de cómo queremos ser o vivir tan solo nos provoca frustración». Y en esas está ahora, intentando encontrar equilibrio. «Sin dejar que nadie me diga lo que debería hacer o cómo debería sentir; intento encontrar mi mejor versión, y escribir es lo que me lleva a ello y hace que reconecte conmigo».

"Lo escribí en un momento de caos, en el que necesité evadirme, detenerme para ver qué había dentro de mí, en el que quise encontrar respuestas y ver más allá"

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'Desnuda frente a mí' también le hizo darse cuenta de que «vivía en ruinas». Para explicar esta frase tan contundente y responder a la pregunta de si tan mal le ha tratado la vida, argumenta: «Estoy muy agradecida por cada paso que he dado y cada experiencia que he vivido, tanto buena como mala. Todas me han permitido conocerme más. Siempre he tenido una gran sensibilidad, que es la que me hace ver la vida desde otra perspectiva, conectar con el mundo, sentir todo lo que vivo con mayor intensidad y terminar convirtiéndola en fortaleza».

Su forma de escribir

Cuando escribes poesía o prosa poética, «tal vez todo suene mucho más exagerado que al expresarlo verbalmente», reconoce y agrega: «Escribo desde un punto de vista, un momento, un sentimiento y quizá todo parezca mucho más intenso, pero simplemente es una manera de expresarme, una forma de sentir, de reflexionar e intentar que el lector pueda empatizar y trasladarse a ese mismo sentimiento como si fuera yo».

Muy involucrada en las redes sociales, que le han ofrecido «nuevas conexiones que antes no conocía», al tiempo que compartir intereses con personas de diferentes países que le han llevado a «darle un sentido y un significado diferente a lo que hago», sobre todo cuando recibe mensajes «confiándome partes de sus vidas» o en los que le dan «las gracias por compartir mis letras», es lo que hace que «todo merezca la pena» y es lo que le lleva a afirmar: «Me gusta sentirme acompañada, pensar que de cierta forma lo que escribo también puede remover algo en otras personas».

Para ella escribir es un ejercicio liberador y lo es porque escribir «me lleva a comprender cosas que antes no entendía, a descubrir sensaciones que ni siquiera sabía que estaban ahí, y me lleva a soltar lo que estorba dentro». De todas formas, no siempre escribe para liberar sentimientos, a veces lo hace solo «por las ganas de contar una historia, por la necesidad de distraerme o de comunicarme», y también por qué no, porque «escribir te hace viajar sin moverte del sitio».

"Intento encontrar mi mejor versión, y escribir es lo que me lleva a ello y hace que reconecte conmigo"

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Ángela Flores es muy dada a pronunciar frases rotundas como en la que dice: «Siempre tuve miedo a la oscuridad sin darme cuenta que ya vivía en ella» y aunque admite que «no es fácil sobrevivir ahí», asegura que ofrece una ventaja: «Aprender a camuflarte es saber comprenderla, permanecer finalmente siendo tu cómplice». Por esta razón en las páginas de este libro hace «un pequeño viaje hacia el interior, cicatrizando heridas que no conocía, recorriendo momentos enterrados y descubriendo que había más de mí, en mí, de lo que yo creía», porque, que nadie lo dude, Desnuda frente a mí es un libro para todo tipo de lector, pero con la condición de que «esté dispuesto a mirar en su interior y descubrir que hay dentro» , dispuesto «a sumergirse en uno mismo, recorrer los miedos, revivir experiencias y realizar nuestra propia reconstrucción interna». Y es que «desnudar los miedos es la mejor forma de matarlos. Cuando no tienen donde refugiarse, se esfuman». ¿Se atreven a desnudar sus miedos? 

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