Me embarco en Cabo de Palos con destino a Cartagena; en esta ocasión en la goleta Else, de ANSE, Asociación Naturalista del Sureste Español. A estribor veo Cala Reona, donde comienza una bonita ruta senderista que suelo hacer con la asociación Fotosenderos; recorre la sierra minera junto a las calas de agua verde azulada hasta llegar a la gran duna fósil que está convenientemente señalizada para su protección; la ruta continua por las salinas del Rasall con zonas de avistamiento de aves, más adelante se alternan las largas playas y las pequeñas calas al pie del monte de las Cenizas.

Ángel Rodríguez, guía del MURAM en el Palacio de Aguirre.

Desde el barco admiramos la conservación de este Parque Natural de alto interés geológico. Pedro García, director de ANSE, recientemente galardonado por el Ministerio para la Transición Ecológica, con el Premio de Medio Ambiente, me habla de los planes de la macrourbanización con campo de golf que consiguieron paralizar allá por los años 80: "Desde Cala Reona a Portmán hemos parado varios planes urbanísticos, el primero lo promovió la empresa Costa Paraíso, un grupo alemán que compró más de 700 hectáreas para construir 4.000 viviendas alrededor de un campo de golf y una marina deportiva. En aquellos años pedíamos ayuda a todo el mundo para conservar este magnífico espacio natural, aunque el Ayuntamiento de Cartagena apoyaba la urbanización. La protección comenzó en 1986 por la Ley de Suelo; se aplicó la figura de conservación del paisaje, pero solo en el entorno de Calblanque. En 1992 se reclasificó a Parque Natural de Calblanque, Peña del Águila y Monte de las Cenizas. Si no hubiera sido por eso, ahora desde el barco, en vez de ver pinos carrascos y vegetación autóctona, veríamos casas".

Pedro se afilió a los 18 años a ANSE, que en el 2023 celebrará el aniversario de los 50 años. La Sociedad Geográfica de la Región de Murcia está organizando una conferencia donde Pedro expondrá los logros conseguidos: conservación de humedales, fauna marina y terrestre, recuperación de la vegetación autóctona, proyecto Resalar, etc. ANSE es de ámbito nacional, entre sus proyectos está abrir una delegación en el Parque Natural de El Hondo (Alicante) y un centro de estudios en las salinas de Marchamalo para trabajar sobre el Mar Menor.

Acción ecologista contra los vertidos en Portmán. 1986.

Construida en Dinamarca en 1951, se entregó en depósito judicial a ANSE. A partir del año 2015 es propiedad de la Asociación. Gracias a esta goleta de 15 metros de eslora se han realizado muchos proyectos de conservación y seguimiento de poblaciones de cetáceos, tortugas y aves marinas, así como también ha participado en acciones divulgativas para la conservación de litorales amenazados y limpieza de playas. Su primer barco, Orca, también está operativo este verano.

Plan urbanístico de Calblanque en 1980.

Pedro García destaca: "En ANSE desarrollamos proyectos en los que compatibilizamos el patrimonio cultural, histórico y natural, como la restauración de nuestra sede en Cartagena: la Casa Palacio del Almirante Escaño del siglo XVIII, o la recuperación de las canteras romanas de Cartagena".

A estribor vemos Portmán, esperando la regeneración de su bahía desde el día que Greenpeace y ANSE paralizaron el vertido de estériles al mar, en 1986 (23 toneladas diarias durante 33 años). Portmán, fundada por los romanos en el siglo I con el nombre de Portus Magnus, conserva el mosaico de la villa romana de Paturro. Además de la minería, Cartagena y La Unión tenían en 1934 otro vínculo más cultural: la amistad de dos grandes escritoras, Carmen Conde y María Cegarra. Las dos eran amigas de Miguel Hernández, que por esos años visitaba frecuentemente nuestra costa. María Cegarra escribió sobre él:

Llegó a la costa, de tierra adentro, y parecía desembarcado de una lancha de pescadores, remero de aguas y vientos, bravamente curtida la piel, alucinada la mirada verde blanquinosa brillante, apóstol de luces submarinas.

Palacio de Aguirre

Me traslado hasta la sede del MURAM, Museo de Arte Moderno de la Región de Murcia en el edificio del Palacio de Aguirre, de 1901. Ángel Rodríguez, experto en diseños de talleres educativos y guía del MURAM, me cuenta que Camilo Aguirre, empresario del sector minero, le encargó el edificio al arquitecto catalán Víctor Beltrí, que estudió arquitectura en Barcelona con Gaudí, y consiguió dar un paso más hacia el eclecticismo, combinando estancias de distintos estilos decorativos, como el despacho inglés y neomudéjar, el salón de baile de estilo rococó francés, la escalera imperial o la capilla neogótica.

Ángel podría estar hablando días enteros sobre Cartagena, le pido que sintetice: "Cartagena está llena de tesoros que se disfrutan descubriéndolos, como la Iglesia de Santa María sobre el Teatro Romano o la casa Maestre, que debería ser la sede de un museo Modernista, el Anfiteatro que ya se excava bajo la plaza de toros, etc.". En época romana, el puerto sobrepasaba la actual calle Mayor y llegaba hasta la Morería Baja, a los pies del Molinete, como refleja un mosaico de Ramón Alonso Luzzy (Cartagena 1921 – 2001). Precisamente frente al monumento de las columnas está la casa donde vivía mi familia materna, a la que me llevaban de pequeño desde Murcia en el Seat 600, pasando el tortuoso Puerto de la Cadena. Unos siglos antes por allí pasaba la Vía Augusta, la calzada romana más larga de España.

En el próximo capítulo desembarcaremos en El Portús para conocer ese rincón naturista al que llaman El Paraíso.