Derechos de autor y creación

Terremoto en el mundo del arte por una sentencia del Supremo de EEUU contra Warhol

La decisión abre la caja de los truenos sobre el “uso justo” de creaciones de otros

Andy Warhol.

Andy Warhol.

Idoya Noain

El Tribunal Supremo de Estados Unidos se ha convertido este jueves en epicentro de un terremoto que sacude al mundo del arte y que puede tener consecuencias impredecibles en el futuro de la creación. Siete de los nueve magistrados del Alto Tribunal han sentenciado que Andy Warhol violó los derechos de autor de la fotógrafa Lynn Goldsmith al usar y transformar una imagen que ella había tomado de Prince. Los dos jueces que han mostrado su desacuerdo con la decisión han opinado que, "al rechazar reconocer la importancia de la copia transformadora, el Tribunal hoy, y por primera vez, vuelve la espalda a cómo funciona la creatividad”.

En el centro del caso, que hace zozobrar el principio de “uso justo” o “legítimo” que ha regido durante décadas legalmente el uso de material de otros siempre que haya un resultado transformador que “añada algo nuevo, con un propósito o carácter diferente, alterando el primero con una nueva expresión, sentido o mensaje”, o para uso de crítica o información, está un retrato que Goldsmith, una exitosa fotógrafa musical, tomó de Prince en 1981.

En 1984, cuando el músico publicó ‘Purple Rain’, la revista ‘Vanity Fair’ contrató a Warhol para crear una obra que acompañara a un artículo. La publicación pagó a la Goldsmith 400 dólares para que permitiera que la imagen se usara como “referencia para el artista”, acordando también darle crédito y usarla en un solo número. Y Warhol, en su modus operandi habitual como artista, creó 16 imágenes derivadas de ese original, de las que la revista publicó entonces una.

Cuando Prince murió en 2016, no obstante, ‘Vanity Fair’ pagó 10.250 dólares a la Fundación Warhol, que gestiona el legado del artista fallecido en 1987, para usar otra de las imágenes de la serie de Prince. En ese caso Goldsmith no recibió compensación ni crédito. Y acudió a los tribunales.

A favor y en contra

En el primero juzgado que estudió el caso un magistrado falló a favor de Warhol, asegurando que había creado algo nuevo y con un nuevo significado. Los tres jueces de un tribunal de apelaciones, no obstante, rechazaron su decisión y argumentaron que el primer juez “no debería haber tomado el papel de crítico de arte e intentar buscar la intención o el significado de los trabajos” en el centro del caso, asegurando que “los jueces normalmente no están capacitados para hacer juicios estéticos y porque esas percepciones son inherentemente subjetivas”.

El caso llegó así al Supremo, donde numerosas voces del mundo del arte criticaron al tribunal de apelaciones. El museo de Brooklyn, por ejemplo, presentó un escrito en el que aseguró que la segunda sentencia "golpea en el corazón de la manera en que los artistas de hoy han crecido para hacer y entender el arte”. Y en la documentación también había declaraciones de artistas que acusaban al tribunal de apelaciones por “denigrar arte que toma prestado, se apropia o replica trabajos previos como algo comparable al plagio o la explotación”.Sus lamentos y advertencias han caído en oídos sordos. La sentencia de la mayoría asegura que “los trabajos originales” de Goldsmith, “como los de otros fotógrafos, merecen protección de copyright, incluso frente a artistas famosos”. Mientras, la jueza Elena Kagan y el presidente del Supremo, John Roberts, han advertido en su escrito de disenso que la decisión de sus colegas “sofocará creatividad de todo tipoimpedirá nuevo arte y música y literatura; frustrará la expresión de nuevas ideas y la obtención de nuevo conocimiento. Hará nuestro mundo más pobre”, concluyen.