El nuevo Cáceres, el que surgió en el 2007 para tomar el relevo del baloncesto profesional masculino en la ciudad del extinto Cáceres CB, siempre ha caminado de la mano del que el próximo sábado será su rival, el Clínicas Rincón malagueño. Cinco años de vida y siempre juntos en la misma categoría. No hay otro caso. Y no es una relación precisamente agradable para los extremeños, que se han visto torturados a menudo por los talentosos jóvenes del filial del Unicaja. Perder otra vez ante ellos, como ya ocurrió en la primera vuelta, sería un golpe casi irreversible en la lucha por estar en los playoffs . La historia debe servir de lección.

2007-08: Debut fallido y cómoda victoria

Cáceres y Clínicas debutaban en LEB Plata. El inicio de su continuada conexión fue en la jornada 16 con la visita del conjunto que entonces entrenaba Piti Hurtado a Vélez-Málaga con una novedad ilustre. Harper Williams acababa de llegar. Escaso de forma, se quedó en 10 puntos y 7 rebotes y no pudo evitar un 74-64. Paulao Prestes dominó con 18 y 10.

En la segunda vuelta se produjo lo que con el tiempo se convertiría en una rareza: victoria local por 79-73 en un gran día de José María Panadero (20 puntos, 6 rebotes, 4/9 triples), apoyado por un Williams que carburaba desde hacía tiempo (18 y 7). El choque estaba casi decidido al final del primer cuarto (30-13). Paulao, lesionado, no jugó.

2008-09: El doble naufragio ante Paulao

El brasileño sí estuvo unos meses después, ya en LEB Oro, en la siguiente visita del Clínicas al Multiusos. Y bien que se dejó notar: 20 puntos y 14 rebotes para liderar a los suyos a un 86-94 sin mucha discusión. Entre los cacereños se salvó Rod Brown (20 puntos). Wayne Simien (14 y 6) tuvo problemas de faltas.

En Rincón de la Victoria, más de lo mismo. 95-91 con Paulao estelar (18 y 8) frente a un Cáceres 2016 que a esas alturas sufría una acumulación de bajas e incidencias que solo le permitieron alinear a ocho jugadores. Adrian Moss (24 y 7) firmó probablemente su mejor partido en el equipo.

2009-10: Humillaciones sin contestación

Nada cambió el año siguiente. En la primera vuelta (séptima jornada) hubo tintes de humillación en Cáceres con un rotundo 67-86 que dejó en difícil posición a Hurtado. El parcial del último cuarto fue de traca (9-28) con un Pablo Movilla inspiradísimo (17 puntos en 19 minutos).

Ya con Gustavo Aranzana en el banquillo, la paliza fue similar en la vigesimocuarta jornada: 77-54. Dedas (14) y Lucio Angulo (12) fueron los únicos visitantes en superar los 10 puntos. Nedzad Sinanovic (18 y 11 rebotes) 'se comía' a los pívots rivales: Shawn Taggart (6), Kaspars Berzins (4), Drew Naymick (4) y Juna Sanguino (1).

2010-11: Redención y otra derrota dura

La segunda --y hasta ahora, última-- victoria del Cáceres ante el Clínicas se produjo la temporada pasada, en la decimotercera jornada. Fue muy holgada (87-64), en una fase en la que Aranzana había formado un equipo muy fiable, sobre todo en casa. Jeff Xavier alcanzó los 21 puntos y 6 rebotes aquella noche dentro de un gran trabajo coral. La segunda parte sobró: el resultado al descanso era 50-25.

Los viejos fantasmas tardaron una vuelta en reaparecer. El Cáceres visitó Torre del Mar en plena racha negativa de resultados y allí la prolongó, aunque el 86-67 es algo engañoso. El choque entró en el último cuarto igualado, pero en esos últimos diez minutos el tanteo fue de 31-13. Francis Sánchez fue el máximo anotador en su tierra (18 puntos).

2011-12: La 'infamia navideña' en Cáceres

El último capítulo del calvario --siete derrotas en nueve partidos-- se produjo el pasado 20 de diciembre. El Clínicas llegaba, como ahora, colista, habiendo ganado solo un partido hasta entonces. Pero pasó por encima del Cáceres durante tres cuartos del partido, llegando a tener 20 puntos de ventaja. Los locales reaccionaron y llegaron a tener opciones, pero no pudieron evitar un 74-81 final del que se han acordado muchas veces desde entonces. Firmaron buenos números, pero Leon Williams y Antelo se vieron a menudo superados por los pívots visitantes.

El sábado vuelve a cambiarse el escenario, el cuarto en cinco años. El Clínicas se ha trasladado a la zona occidental de la provincia malagueña, en Benahavís, muy cerca de Marbella. Allí se volverá a poner en juego, con tintes de partido clave, una maldición que atormenta a la hinchada cacereña desde hace un lustro.