Carlos Frade parece tenerlo todo muy claro y se expresa de forma muy serena ante sus jugadores y la prensa. Huyendo del lugar común, tiene toda la pinta de que irá hasta el final con sus ideas. Así fue en La Palma, donde atravesó algunas dunas de desierto hasta convertir una plantilla de jovenzuelos en una escuadra muy competitiva.

Nacido en el barrio de Aluche, en Madrid, y crecido en Logroño, no se puede decir que no haya visto mundo entrenando, pese a sus 38 años todavía: Canadá, Inglaterra, Irlanda, Hong Kong... En España su prestigio --basado en su heterodoxia-- está creciendo, una tendencia que espera reafirmar en Cáceres.