La ausencia en las carreteras desde 2011 de la Vuelta a Extremadura ha privado de carreras por etapas a una región que invita a recorridos de gran exigencia y mucha estética; la Plataforma de Recorridos Ciclistas presenta una posibilidad digna de la élite del profesionalismo.

El pasado 3 de febrero el equipo ciclista Bicicletas Rodríguez acudió a una recepción con el presidente de la Junta de Extremadura y en el turno de intervenciones Guillermo Fernández Vara no solo se mostró elogioso hacia la decimosexta campaña en activo de la formación segedana, otrora profesional. En su alocución, el presidente Vara calificó de «brutal» la afición al deporte de la bicicleta existente en la comunidad autónoma.

En el mismo acto también esbozó la opción de recuperar en el futuro alguna prueba. Bocetó, al menos, su idoneidad. No es Extremadura una tierra pródiga en competiciones ciclistas profesionales. Al menos de carretera, porque en la bici de montaña la situación es diferente, para mejor. La región sí cuenta con un número creciente de pruebas máster y también disfruta de carreras de gran tradición, más allá de todas las que se han perdido durante estos años o viven ancladas en la intermitencia. Pero a escala. Con permiso del Circuito de Hervás, por edad, el Circuito del Guadiana de Don Benito es la actual gran joya de la corona. Una cita reconocida que desde hace unos años inicia la Copa de España de ciclismo aficionado. Y en este panorama, la Vuelta a Extremadura no es más que un recuerdo.

La Vuelta a Extremadura, que sí llegó a alcanzar una década atrás la condición de profesional gracias a los cambios normativos de la Unión Ciclista Internacional, disputó su última edición en 2011. Nacida en 1985, impulsada desde Mérida por Pepe Guillén y la Sociedad Emeritense de Amigos del Ciclismo, celebró 25 ediciones antes de caer en un letargo. Desde entonces, solo los pasos de la Vuelta a España en 2013 (meta en Cáceres, salida desde Almendralejo) han traído al pelotón profesional a su suelo.

los recuerdos en positivo / La ronda extremeña permanece hibernando temporada tras temporada y su otrora existencia queda cada vez más lejana. Una transición imparable de la realidad al recuerdo.

Esas 25 ediciones han dado para mucho. Por las rutas extremeñas se han forjado muchos de los campeones del mañana. Se han vivido sorpresas, se han degustado incertidumbres y también se han tenido que afrontar desgracias. Generales en muchas ocasiones apretadísimas. Políticas de confección de itinerarios muy concretas. Y cierto más peso pacense que cacereño, sobre todo en los últimos años y con una última edición celebrada íntegramente por las carreteras de la provincia de Badajoz.

De las 53 poblaciones o enclaves que han alimentado la carrera desde su génesis hasta su parón, 25 correspondían a Badajoz y 5 eran portugueses. Mérida, con 22 presencias, ha sido la urbe más visitada por la carrera, seguida de Badajoz (15), Cáceres (12), Don Benito (9), Plasencia y Miajadas (8).

Este periódico ha recurrido a la Plataforma de Recorridos Ciclistas (PRC) para sondearla sobre las posibilidades de itinerario si algún día se recuperarse la Vuelta a Extremadura. Pura ciencia ficción, sin duda, pero completamente factible.

Cada época tiene sus modas, pero la montaña siempre está presente en todas ellas. Esta asociación virtual de aficionados, interconectados gracias a internet, tan amantes del deporte como la geografía, ganó cierta notoriedad hace un lustro cuando elaboró un completísimo dossier en el que recogía multitud de puertos poco o nada conocidos y ofrecía alternativas para su uso en competición.

Un trabajo por amor al arte que repartieron entre medios de comunicación y diferentes estamentos ciclistas, con la organización de la Vuelta al frente. Con los responsables de la ronda española, de hecho, se han reunido en alguna ocasión.

EL TRAZADO atractivo / ¿Qué Vuelta a Extremadura propondrían? Su menú pasa por darle mucho protagonismo a la montaña, aunque sin desdeñar otras especialidades, y por exprimir al máximo las relaciones entre deporte, patrimonio y turismo.

Deportivamente, el diseño busca la variedad, con etapas de todo tipo y para todos los perfiles de corredor: una etapa llana, una contrarreloj, una quebrada con final en alto, y dos jornadas finales de montaña que combinan los puertos largos y sostenidos en Yuste, con las rampas imposibles de Guadalupe.

Además incluye los puertos más importantes de ambas provincias, como Tentudia en Badajoz, y Honduras, Piornal y Villuercas en Cáceres. Pero sobre todo se busca mostrar los encantos de Extremadura, sirviendo la carrera como promoción turística.

Los finales escogidos son el Monasterio de Tentudía, el de Yuste, y los tres lugares Patrimonio de la Humanidad de la comunidad: Mérida, Cáceres y Guadalupe. Esto garantiza preciosas imágenes de televisión y entornos envidiables para la ceremonia del podio. Y la misma idea se extiende a las salidas y al recorrido intermedio, explican.

Su propuesta atraviesa diez de los once municipios más poblados de la comunidad autónoma y, en su periplo de dos finales pacenses y tres cacereños, no se olvida de su icónico Parque Nacional de Monfragüe.