Colea la salida de Anton Grady del Cáceres Patrimonio de la Humanidad. El jugador no se ha quedado de brazos cruzados y, en una acción muy inusual, ha hecho públicas a través de su pareja, Imani Gordon, dos conversaciones privadas en las que acusa a su ya exagente, Óscar González, y al propio club de mentir y de intentar dejarle en mala posición. Todo hace indicar además que tiene un nuevo equipo dentro de un acuerdo al que, se sospecha, podría haber llegado desde antes de incorporarse a la pretemporada verdinegra.

La rescisión del contrato del ala-pívot norteamericano está siendo la ‘comidilla’ en el basket extremeño en los últimos días. Un morboso almuerzo porque su marcha se produjo horas antes de que tuviese a que acudir a un análisis de orina. A esto estaba comprometido por contrato para confirmar que no tiene problemas de ningún tipo después de que hubiese sido suspendido por dar positivo de cannabis cuando jugaba en Inglaterra. También se quejó de varias cuestiones relacionadas con la vivienda que se le había proporcionado y se asegura que había mostrado poca capacidad para integrarse.

El Cáceres intentó ser suave en la resolución del conflicto, intentando pasar rápidamente página, pero aún así el jugador parece haberse enfadado soberanamente. En la primera de las capturas filtradas por su pareja a través de su perfil de Twitter, Grady reprocha a Óscar González «haber mentido» en su nombre. «Es triste porque estáis locos», le escribe al representante, un conocido exjugador afincado en Cáceres desde hace años. En el mensaje le dice que ha conseguido «un trabajo mejor» y «más dinero» y se queja de que se le intentase hacer pasar por un examen de drogas por primera vez en su carrera. «Estoy limpio», apunta, entre reproches.

González le desea suerte, aunque a esas alturas ya no era su representante. «Tienes lo que querías. Me despediste, conseguiste un nuevo trabajo y un nuevo agente. Eres un jugador fabuloso, tienes grandes cualidades. Te deseo lo mejor en tu carrera. Perdona si las cosas no han funcionado con nosotros. Esperaba que algún día ganases seis cifras [mucho dinero] con nosotros», dice.

«QUE ANTON PAREZCA EL MALO» / El otro mensaje, vía Whatsapp con el gerente del Cáceres, Sergio Pérez, en realidad no es una conversación, sino simplemente una serie de frases de Grady que, al menos en lo publicado, no obtienen respuesta alguna. «Solo mentís. El plan es que Anton parezca el malo. Sé bien la confianza que tiene en mí mi nuevo equipo. En la próxima prueba se verá que estáis mintiendo», señala.

Ante esto, el club decidió no prolongar abiertamente la guerra. Emitió una nota en la que simplemente afirma que Grady «comunicó al club su retirada en la madrugada del martes, horas antes de someterse a una prueba de orina» y que «el jugador en ningún caso ha mostrado su negación ante dicha prueba, que estaba estipulada como cláusula en su contrato». La actividad interna se centra más bien en tener pronto al sustituto para que se ponga a disposición de Ñete Bohigas.

Otro asunto que preocupa es la lesión de Andy Mazurczak. Las sospechas son negativas sobre su tobillo derecho, aunque hay que esperar a las pruebas. Ayer visitó al doctor Alejandro García Hermosa, nuevo médico del club, en el Centro de Medicina y Actividad Física TraumaDeport GH. En todo caso, el Cáceres también está mirando el mercado para encontrarle un sustituto porque se teme que será baja varios meses.