En Ciudad de México vive una entrenadora pacense que sigue cumpliendo sueños. Forma parte de la Academia de la NBA, entrenando a jugadores de 14 a 18 años para que den el salto a la mejor liga del mundo. Se llama Lorena Infantes y logra sus objetivos añadiendo mucho trabajo, fe y valentía a su enorme talento. Tras triunfar como jugadora primero en Badajoz y Cáceres y después en la Liga Femenina antes de en los banquillos chilenos, ahora trabaja en el staff técnico de la NBA Latam.

«Poder formar y proyectar jugadores latinoamericanos para que en un futuro puedan dar el salto a la NBA es un trabajo gratificante, aparte de lo baloncestístico en lo personal. Además de entrenar a los chicos los educamos y llevamos por el buen camino. Es una meta y un desafío súper importante», explica.

Su trabajo en el staff técnico de la Academia NBA Latam es como entrenadora, especialmente en el desarrollo de la técnica individual. Tiene dos compañeros más, un colombiano y un brasileño que es el director de la academia. El mensaje que transmite a los jugadores es que «hay que trabajar día a día, el talento es importante pero sin trabajo no te lleva a ninguna parte. Hay que ser humilde, respetar y soñar. Por experiencia propia, soñar cuando se trabaja hace que los sueños se cumplan».

Lorena Infantes ve con mucho futuro NBA a los jugadores que entrena. «La gran mayoría tienen posibilidad de llegar lejos. Tenemos ahora a un chico de Mali, Oumar Ballo, que ha estado jugando en la cantera del Gran Canaria, mide 2,10 metros, tiene 16 años y un talento impresionante. Hay otro chico de la República Dominicana, de 15 años, un base con mucho futuro. El futuro lo tienen pero deben seguir el camino correcto para poder llegar. Es muy duro y no será fácil porque hay muchísimos jugadores pero si ellos trabajan de la manera correcta en el basket y en los estudios, seguro que muchos que pasen por aquí los veremos en la NBA si Dios quiere». Cada día tiene anécdotas con los jugadores «porque la mezcla de las culturas es lo que más gracia me hace, la forma de hablar de cada jugador», explica.

La llamada de Brooks

Lorena llegó a la academia de la NBA tras ser seleccionadora chilena. En Bahamas le invitaron a un BB de la NBA y allí estaba el jefe de la NBA, Nick Brooks. “Me vio trabajar, me dijo que quería hablar conmigo ese mismo día, me propuso el trabajo y ese día no pude dormir, no me lo creía, no me puede estar ocurriendo a mí. Se cumplió. Fue en julio del 2017, inmediatamente me mandaron el contrato y jamás olvidaré ese día en mi vida».

Lleva diez meses entrenando, «muy intensos en los que trabajamos mañana, tarde y noche siendo agotador y gratificante”, y estará durante dos años. “Me siento una privilegiada de hacer lo que me gusta, que me paguen y amo mi trabajo. Doy gracias porque no toda la gente tiene la fortuna de trabajar en lo que le gusta. La gente es muy acogedora y me siento muy contenta”.

¿Y qué le gustaría hacer después? No se lo plantea. «Estoy trabajando en la NBA que es lo máximo y después espero seguir con este proyecto pero no soy una persona a la que le guste planificar mucho. Donde he estado, han ido surgiendo posibilidades de ir creciendo tanto como jugadora como entrenadora y las oportunidades hay que aprovecharlas siempre».

Lorena Infantes tampoco se plantea si está viviendo el momento más bonito de su carrera deportiva. “Esta puede ser la guinda a la torta pero como jugadora también he vivido momentos muy emotivos como los ascensos con mi ciudad, Badajoz, el de Burgos...Ahora estoy en lo máximo a lo que puede aspirar cualquier persona pero no me pongo techo, me gusta seguir creciendo, paso a paso. Esto es otro nivel, otro mundo en todo, materiales, última generación, los mejores jugadores, el máximo nivel...».

¿Y se considera un espejo para las mujeres deportistas? “He sido una persona valiente con mucha fe pero tras ellas hay mucho trabajo y mucho sacrificio. No es fácil estar fuera de tu país, sin tus seres queridos. El día a día es duro y difícil de explicar. Sólo los que lo han vivido saben de lo que estoy hablando. No me gusta ser espejo de nadie pero sí invito a que todas las mujeres deportistas tengan fe, no se sientan menos que los hombres porque la verdad es que este mundo es igual un poco machista pero si una tiene fe, valentía, cree en su trabajo, en su disciplina, es constante y sacrificada, todo se consigue. Soñé con estar aquí y se han cumplido gracias al trabajo. Mi lema en la vida es trabajo, perseverancia, sacrificio y sobre todo soñar. No tener miedo a soñar y ser valiente».

En tres semanas, Lorena Infantes viajará a Orlando a un torneo, en diciembre tienen los partidos de la NBA en México con Utah, Chicago y Orlando y en enero afrontará otro torneo en Nueva York. «Espero poder ir a Badajoz en julio porque soy extremeña, mi tierra tira y cada vez que vuelvo a casa vengo cargada de energía».