Visita el Cáceres Patrimonio el Pazo Paco Paz de Ourense (hoy, 20.30 horas) con la firme idea de sorprender a un equipo con dos victorias más que los extremeños y situado en la zona media de la tabla. El grupo de Ñete Bohigas, metido de lleno en puestos de descenso, necesita un golpe de moral rápido y la cancha gallega es el próximo objetivo.

Dos prórrogas y un partido perdido en el último segundo. El Cáceres espera que cambie su suerte. Sus cuatro triunfos son pocos, y de ahí sus actuales urgencias, que de continuar podrían condicionar el futuro en la categoría extraordinariamente.

«Es un gran equipo, tienen una muy buena plantilla», analizó Bohigas sobre el cuadro de Gonzalo García, otro clásico de los banquillos de la LEB Oro. Pero el nivel de los extremeños ha subido y el objetivo es vencer esta noche. El Río Termal Ourense llega tras hacer un notable encuentro en Bilbao, al que pusieron en apuros hasta los últimos dos minutos, cuando el partido se rompió (73-60).

Podría haber una muy buena noticia esta noche en el encuentro de Galicia. Y es que es probable que debute el base polaco Andy Mazurczak, lesionado en pretemporada de gravedad. «Ha participado en un par de entrenamientos, con lo que si tiene buenas sensaciones y el dolor así se lo permite podría jugar unos minutos», subrayó Ñete Bohigas en la rueda de prensa previa al choque y al viaje hacia Ourense, ayer al mediodía.

Rakocevic, sí pero no / En la expedición, en la que estará Alex Jordá, como ya es habitual, también se encontraba el montenegrino Nico Rakocevic, a quien el entrenador cacereño descartó virtualmente. «Aún le faltan unos días, y viene con nosotros para meterse en el grupo, más que nada», resaltó el entrenador extremeño en su comparecencia pública. El balcánico evoluciona bien, pero parece precipitado su retorno, al menos sobre el papel, y su vuelta se podría producir en el próximo encuentro, que será contra el Melilla en el Multiusos el día 28 a las 21.30 horas por ser televisados.

El mensaje que sigue mandando Bohigas es positivo. Ayer remarcó que los últimos entrenamientos habían sido satisfactorios y que incluso la dolorosa derrota ante el Palencia sobre la bocina, «en un partido que teníamos controlado», ha tenido efectos menos negativos debido a que la plantilla celebró una cena en la que hubo una coincidencia generalizada en el buen espíritu de grupo que se está viviendo.

«Veo a mis jugadores con la suficiente ilusión para competir cada día y en cada entrenamiento», aseguró el preparador verdinegro. En parecidos términos se han pronunciado durante la semana jugadores como Guillermo Corrales o el capitán, Luis Parejo. Esta noche se podrá comprobar si esa evolución en positivo se sigue concretando o, por el contrario, el equipo acusa el durísimo golpe del último duelo en el pabellón Multiusos. De momento, las sensaciones son, sobre el papel, muy buenas, pero el deporte es poco predecible muchas veces.