La última vez que se podía mirar la clasificación de la LEB Oro sin ver al Cáceres Patrimonio de la Humanidad en zona de descenso se remonta a la segunda semana de diciembre, cuando, tras la duodécima jornada, el equipo ocupaba la misma posición que ahora: la decimoquinta.

La victoria ante el Multiusos ante el Araberri había ofrecido oxígeno a raudales, lo mismo que las dos últimas consecutivas, también logradas en casa contra Canoe y Barcelona B. En esta, el viernes pasado, ya se sentaba en el banquillo Roberto Blanco en sustitución de Ñete Bohigas y hay coincidencia en señalar un notable cambio de actitud de la plantilla, que afronta una semana durísima para confirmarlo.

Y es que el Cáceres tiene dos partidos en apenas cinco días para refrendar si su nueva agresividad es solo la clásica consecuencia de los jugadores al revulsivo que suele suponer el cambio de entrenador o bien ha llegado para quedarse y cimentar así la permanencia. El miércoles, visita al Liberbank Oviedo (20.00 horas), una cita sumamente complicada. Los asturianos, en el último partido de la decimoctava jornada, vencieron a domicilio en la pista de uno de los ‘grandes’ de la competición, el Bilbao Basket (XX-XX) y se han situado cuartos con un balance de 11-7.

Y el domingo, regreso al hogar con la visita del Tau Castelló (12.30 horas), otro de los implicados en la zona baja y que el sábado también se dio un considerable respiro al superar al colista, el Prat, después de ir por detrás durante muchos minutos (72-82).

Serán dos encuentros muy importantes que se afrontan con un potenciado optimismo, aunque desde dentro se asume que se sigue metido en una lucha larga y que absolutamente nada está ganado aún. De hecho, no se ha descartado reforzar a la plantilla antes del cierre del plazo, el 28 de febrero.