Un jugador en Primera, cinco en clubs de fuera de España, el resto en distintas categorías... tras unos meses muy duros, la mayoría de los jugadores del Reus Deportiu, expulsado de Segunda por motivos económicos vuelven a sonreír.

Entre los porteros, Edgar Badia se marchó al Elche, pero Pol Freixanet lo tuvo más complicado, ya que se lesionó en enero y esta circunstancia le ha puesto más difícil encontrar un nuevo equipo.

En la defensa, el lateral diestro Ángel Bastos hizo las maletas hacia el Extremadura. El otro futbolista que ocupaba esta demarcación es Shaq Moore. Estaba cedido por el Levante, que lo repescó para su filial de Segunda B.

El premio gordo se lo llevó Alejandro Catena. El central madrileño firmó por el Rayo Vallecano. Jesús Olmo también fichó por el Elche, junto a Edgar Badia, y Mikel Villanueva regresó al Málaga, que lo había cedido al Reus, aunque regresó a tierras tarraconenses para comprometerse con el Nàstic. El lateral zurdo Borja Herrera firmó por el Albacete y su competidor de posición, el joven Guerrero, se comprometió con el Valencia Mestalla.

El centrocampista Juan Domínguez se incorporó al Sturm Graz austríaco. Sus compañeros Gus Ledes y Mario Ortiz, ficharon por el Numancia y por el Racing de Santander del grupo II de Segunda B, respectivamente.

El también centrocampista Àlex Carbonell se marchó al Córdoba y el habilidoso portugués Vitor Silva está sin equipo a sus 34 años. Tito Ortiz partió a Noruega, donde le esperaba el Sanderfjord.

En cuanto a los delanteros, Miguel Linares fichó por el Zaragoza y David Querol, un ídolo para la afición reusense, hizo las maletas hacia Cádiz. El joven Alfred Planas firmó su contrato con el Alcorcón, que lo ha cedido al Elche. Sin embargo, Karim Yoda sigue sin equipo. También decidieron iniciar aventuras en el extranjero el extremo portugués Ricardo Vaz, que se comprometió con el OFI Creta de Grecia, y Fran Carbia, fichado por el Dinamo Tbilisi de Georgia.