Satisfacción. Con ese adjetivo resumía el técnico del Extremadura, Manuel Mosquera, su debut en el banquillo azulgrana en el siempre difícil campo de Las Palmas: «sabíamos que era un equipo que nos iba a exigir mucho y por eso lo que tuvimos que defender era muy bueno. Pudo haber un momento del partido donde los jugadores pensaron en ganar, pero tuvimos dos jugadas finales que nos pudieron costar caro».

El técnico gallego considera que su equipo sacó un punto muy valioso ante un rival «que domina muchos registros en esta categoría. Estoy satisfecho porque nos enfrentábamos a un gran rival y yo cogí al equipo el jueves. Y no puedes volver loco al jugador. Está claro que no podemos levantar la cabeza todavía, pero este empate es un gran impulso. Hemos puesto muchas cosas y estoy contento por los jugadores».

El preparador azulgrana cree que su equipo fue creciendo a medida que avanzaba el partido y que supo ajustar líneas pasada la primera parte.

Resulta curioso que esa garra, fe y coraje que vaticinó Manuel que tendría su equipo con él en el banquillo fue clave en el único gol de los azulgranas. Ortuño fue hacia Raúl Fernández como Manuel Mosquera lo hacía contra los porteros rivales en la década de los 90. Esa fe ciega en saber que puede ser la jugada del gol llevó al murciano a encontrar premio y anotar su primer gol en cinco partidos como azulgrana. «Yo le doy más mérito a la fe de Ortuño, que demérito al portero. Ha ido con insistencia y con esa convicción de que podía llegar. Le vendrá muy bien y al Extremadura, mejor aún».

Manuel Mosquera hizo su debut con traje de chaqueta azul y con mucho dinamismo en el banquillo. El gallego apenas dejó de dar instrucciones durante todo el encuentro y no se sentó en ninguna ocasión. Estuvo permanentemente en contacto con sus jugadores y esbozó una leve sonrisa al término del encuentro con los suyos en señal de complicidad.

Con afición

Da igual lo cerca o lejos que juegue el Extremadura de Almendralejo que siempre hay seguidores azulgranas en todos los campos. Ya pasó en sus desplazamientos a Palma de Mallorca o Tenerife, y también ocurrió en Gran Canaria. Un puñado de valientes almendralejenses se subieron al avión para alentar al Extremadura y ver en directo el debut de Manuel en el banquillo.

Varios de estos seguidores vivieron una jornada de hermandad y convivencia con la federación de peñas de Las Palmas, devolviendo la visita que los canarios hicieron a Almendralejo durante la primera vuelta.

Otros almendralejenses fueron a ver el partido y estuvieron con Juan Rodríguez ‘Juanito’, integrante de Las Palmas y que tiene muchos amigos en tierras extremeñas de sus años de azulgrana.

Dos azulgranas regresaron al Gran Canaria con la camiseta del Extremadura y, curiosamente, ambos fueron nombres propios. Ortuño regresó con gol y pidiendo perdón a la afición insular, a la que guarda gran cariño de su temporada del ascenso. Y también volvió Casto Espinosa, que fue de lo mejor ayer del Extremadura imprimiendo mucha seguridad en todas las acciones defensivas. Ambos vivieron un feliz reencuentro, amargo para los de casa.