No era un domingo cualquiera en los aledaños del Wanda Metropolitano. El viento parecía medir con exactitud la velocidad a la que debía ondear la monumental bandera que da la bienvenida al nuevo estadio colchonero, y miles de personas se agolpaban a las puertas de un feudo preparado para la celebración de un hecho histórico.

Corrían los aficionados como quien se está perdiendo algo que jamás volverá a ver, pero con toda la intención de repetirlo una y otra vez, al menos siempre que les dejen. Entre sus pasos acelerados dejaban atrás el paseo de las estrellas del Atlético de Madrid, donde ya lucen Amanda Sampedro, Silvia Meseguer y Ángela Sosa. En camisetas y pancartas, guiños a los hombres que los han llevado a la cima del fútbol. En sus gestos y palabras, la total intención de hacer lo propio con unas mujeres que saltaban al campo visiblemente emocionadas ante el recibimiento.

“Adelante, Atleti femenino”, rezaba un gran cartel desplegado por el Frente Atlético, volcado con unas jugadoras que siempre habían soñado con un escenario similar. En una primera parte de máxima tensión sobre el césped, los nervios empezaban a apoderarse de la grada y no precisamente por el resultado (0-0), sino por la ansiedad de confirmar que estaban escribiendo la historia del fútbol femenino en España.

Apretar la Liga

Cuando pasados diez minutos del inicio del segundo tiempo la megafonía anunciaba lo esperado, la consecución del récord de asistencia en España—y mundial a nivel de clubes—con 60.739 espectadores, el estadio se puso en pie orgulloso de su logro. “¡Atleti, Atleti, Atleti!”. Los cánticos retronaban en cada rincón. La cifra de San Mamés, 48.121, era pasado tan solo dos meses después.

Imagen con el cartel de asistentes en el Wanda. / EFE

Las locales perdieron el control del partido y el Barça lo aprovechó para meter dos goles y apretar la Liga. Pero aunque el marcador reflejaba una clara victoria visitante, los minutos finales versaron sobre la visibilidad de un fútbol practicado por mujeres y el empoderamiento de éstas a través de eventos de gran magnitud. La emoción impregnaba cada sector del campo, y así lo reconocía la afición al finalizar el encuentro, inmóvil pese a las prisas por evitar aglomeraciones en la vuelta a casa.

"Ambiente fenomenal"

La ocasión merecía la espera y la paciencia, y mientras las azulgranas—esta vez de amarillo—inmortalizaban los tres puntos sobre el césped, las locales se dirigían a los miles de aficionados y aficionadas que han marcado un punto de inflexión en la competición nacional. "Que esta asistencia no sea solo fruto de este domingo y que los campos se llenen cada fin de semana", decía la capitana del Barça Vicky Losada. “El ambiente ha sido fenomenal más allá de ser colchoneras y culés”.

Los colores, la rivalidad y la disputa de la Liga pasaban a un segundo plano cuando se pretendía reflejar que jugaban a lo mismo que los hombres. Y en ese camino hacia el reconocimiento del esfuerzo de estas futbolistas tiene una página especial el Wanda Metropolitano con una fecha que jamás olvidará el fútbol: el 17 de marzo de 2019 ganó la igualdad.